El prudente regreso del reparto de dividendos en el sector financiero
Los dividendos entregados en los primeros meses de este año apenas han alcanzado los 10.000 millones de euros, en línea con las recomendaciones de Fráncfort
Si el éxito de una medida coercitiva se mide no solo por sus efectos mientras se mantiene en vigor, sino por la huella que deja en el mercado una vez que deja de estarlo, la decisión del BCE de limitar el reparto de dividendos en el sector financiero durante la pandemia tiene todas las características de haber sido una estrategia acertada. Las restricciones al pago de dividendos comenzaron en marzo del año pasado, cuando el BCE pidió a las entidades que suspendiesen temporalmente la retribución a los accionistas ante la crudeza de la crisis, una medida que el supervisor suavizó meses después, en diciembre de 2020, y que finalmente se ha eliminado en su totalidad desde el pasado mes de julio. La decisión de cerrar el grifo de los dividendos supuso que durante un año de crisis histórica los bancos europeos acumulasen en total en sus balances 28.000 millones de euros destinados a dividendos, un blindaje considerable para el capital de las entidades y una garantía para mantener abierto el flujo del crédito en un momento de elevada incertidumbre.
Analizados con perspectiva más de un año después, los resultados de la decisión de Fráncfort, que en su momento generó una fuerte polémica y un amplio debate, parecen coincidir con los objetivos que perseguía el supervisor. La banca ha aumentado sus provisiones y ha concedido más crédito con el que ayudar a las economías europeas a afrontar la crisis desatada por la lucha contra la pandemia. Además, los datos apuntan a que los dividendos entregados en los primeros meses de este año apenas han alcanzado los 10.000 millones de euros, menos de un tercio de la cuantía que habría sido habitual en un ejercicio normal.
Pese al fin de las limitaciones, desde Fráncfort se exhorta a las entidades a mantener la guardia alta y actuar con prudencia frente a un panorama económico que sigue siendo incierto y en el que persisten elementos de riesgo preocupantes para la recuperación de las economías. La mayor parte de las entidades que han anunciado la vuelta del dividendo lo han hecho con moderación, y sin que el pay out anunciado supere el 50%. Pese al indudable atractivo que tiene el dividendo para el accionista, el sector no parece dispuestos a tirar la casa por la ventana en este ámbito, sino mantener un razonable equilibrio entre la gratificación a sus accionistas y el mantenimiento de altos niveles de solvencia. Hay tiempo para elevar ese umbral a medida que el panorama se aclare y la recuperación económica se fortalezca.