Plan inversor de Naturgy para entrar en el club de la generación verde
Abandona el inmovilismo del que le acusaban inversores y agencias de rating
La multinacional Naturgy presentó el miércoles en sociedad el plan estratégico aprobado el martes en su consejo de administración, y que el mercado reclamaba desde hace meses, tras ser aplazado para no entorpecer la oferta pública de adquisición parcial presentada a finales del año pasado por el fondo australiano IFM. La gasista gira en 180 grados su actividad generadora de energía con una vasta inversión de 14.000 millones en cinco años (hasta 2025) para multiplicar por tres su capacidad renovable y hacerse fuerte en fotovoltaica y eólica, amén de destinar una parte de recursos ligados a proyectos de financiación europea a la generación de hidrógeno líquido. Una vez desarrollada toda la inversión, la capacidad renovable de la empresa será de 14 GW, frente a los 4,6 actuales, y lo hará aprovechando la generación de caja y con un recurso al endeudamiento muy limitado, y geográficamente anclada en economías maduras y de seguridad jurídica contrastada.
El salto cuantitativo que pretende inyectar a la empresa es también notable, pues quiere pasar de un ebitda de 3.700 millones anuales de ahora a los 4.800 de 2025, y un beneficio neto de 1.500 millones en el horizonte del plan, frente a los 900 actuales. Solo limita marginalmente la distribución de dividendos a un 85% de su beneficio, uno de los más generosos del sector en todo caso, para financiar la transformación de su negocio, pero logra mantener los pagos actuales de 1,2 euros por acción al año, y someterá a revisión tales pagos a mitad de ejecución del plan, para incorporar, si fuere posible, repartos superiores, sin descartar la recompra de acciones. Un plan de remuneración a los socios continuista, pero que puede considerarse generoso si se tiene en cuenta que lo hace compatible con un esfuerzo inversor muy exigente.
Como otras muchas empresas de la generación y comercialización tradicional, Naturgy da un salto espectacular para entrar en el olimpo de las novísimas corporaciones verdes, pero lo hará conservando muchas de sus actividades, aquellas menos lesivas para el medio ambiente, pero que generan flujos financieros recurrentes. Naturgy abandona con su plan estratégico el inmovilismo del que le acusaban inversores y agencias de rating por el retraso al que se entregó con la presentación de la opa de IFM, que, por otra parte, ha quedado fuera de juego en precio sin que las autoridades económicas y regulatorias hayan dictaminado el arranque oficial de la oferta. Sea por las continuas compras de Criteria para elevar su posición como primer accionista, sea por la estabilidad que a los fondos accionistas proporciona un plan de financiación ciertamente cómodo y con retornos regulares, seguramente IFM tendrá que darle una vuelta al precio si quiere tener éxito en su propósito.