Las telecos afrontan la inminente subasta de 5G con las cuentas bajo presión
El precio de salida es de 995 millones de euros Desde la anterior subasta, las tres participantes han perdido 1,5 millones de líneas
Las tres grandes operadoras españolas, Telefónica, Orange y Vodafone, afrontan desde el martes la subasta de frecuencias de la banda de 700 MHz, claves para el despegue del futuro móvil 5G. La licitación llega con un año de retraso, a causa de la pandemia, que llevó al Gobierno a aplazar su celebración a petición de las propias telecos.
Las compañías van a afrontar una de las principales inversiones estratégicas de los últimos años en un activo como el espectro, fundamental para ofrecer servicios móviles. De salida, el precio de las frecuencias a subastar es de 995,5 millones de euros. Es decir, las operadoras tendrán que tirar de la caja.
La licitación llega en un momento complicado para las grandes telecos, cuyas cuentas están bajo una fuerte presión. Los ingresos se están viendo penalizados a causa de la fuerte competencia por parte de las operadoras alternativas como MásMóvil, Digi o Finetwork, que no dejan de ganar clientes. El mercado se ha acelerado hacia las tarifas low cost, en gran medida, por culpa de la crisis y su impacto en el gasto de los consumidores, que están optando por las tarifas más baratas.
Las cuentas del primer trimestre fueron indicativas. Telefónica redujo sus ingresos un 0,9% y un 4,6% el Oibda; Vodafone redujo los ingresos por servicios un 2,2%; mientras que Orange vio como el volumen de negocio bajaba un 7,4%, con un descenso de los ingresos por servicios minoristas del 10,2%.
Líneas
La competencia también ha afectado las carteras de clientes de móvil. Al cierre del primer trimestre de 2018, antes de la anterior subasta de espectro para 5G, Telefónica, Orange y Vodafone sumaban 42,72 millones de líneas, según datos de la CNMC. A la conclusión del mismo periodo de 2021, a las puertas de la nueva licitación, sumaban 41,23 millones de líneas.
Ahora las miradas de la industria se centran en cómo se desarrollará la subasta. Según fuentes del sector, el proceso podría no ir más allá de dos o tres días. La presión en las pujas, en su opinión, debería ser menor tras la decisión de MásMóvil de no presentarse, y dejar la subasta con solo tres participantes.
La subasta de España contrasta con la de países como Alemania o Reino Unido, en las que se presentaron cuatro operadores. En el caso germano, las pujas se alargaron durante meses, provocando que la inversión final de las telecos fuera de 6.500 millones de euros (Telefónica apostó 1.425 millones). Unos recursos que, en su mayoría, fueron a parar a manos del Tesoro germano.
Estas fuentes creen que las pujas en la licitación española se centrarán inicialmente en el posicionamiento de las empresas de cara a apostar por su preferencia en los bloques.
No obstante, otras fuentes advierten de que todavía hay que esperar, indicando que, en una subasta por este tipo de activos, que son limitados, no está claro hasta dónde puede llegar una compañía por hacerse con ellos.
Rebaja del precio
El precio inicial de salida para la subasta de espectro de 700 MHZ se fijó en 1,170 millones de euros. La decisión provocó fuertes críticas entre las operadoras y el Gobierno, finalmente, decidió rebajar el precio un 15%, hasta 995 millones. Además, en este periodo, el Gobierno ha lanzado una serie de medidas para rebajar la presión fiscal sobre las operadoras, entre las que destaca el fin de la tasa que aportan a RTVE o la reducción “temporal” de la tasa anual de reserva de dominio público radioeléctrico en las zonas dedicadas al 5G, en 2022 y 2023.
No obstante, tras la subasta, las telecos deberán realizar una inversión en despliegue de red de entre 5.000 y 6.000 millones de euros. Ahora bien, el Plan de Recuperación prevé una inversión pública de 1.500 millones para acelerar el despliegue.