La ofensiva antimonopolio contra las ‘big tech’ debe mejorar su estrategia
Los organismos de competencia han de revisar su capacidad para analizar datos si quieren ganar la batalla
Muchos emprendedores tecnológicos empiezan identificando un problema que hay que resolver. La Comisión Federal de Comercio estadounidense (FTC, por sus siglas en inglés) no terminó ese trabajo en su demanda antimonopolista contra Facebook. Un juez la rechazó principalmente porque la FTC no mostró cómo medir la cuota de mercado de la red social. Es un error que requiere automodificación.
La FTC sostenía que la empresa de Mark Zuckerberg, valorada en 1 billón de dólares, había ejercido y mantenido un monopolio. La buena noticia para el organismo es que, el lunes, el juez James Boasberg parecía aceptar su definición de mercado para las redes sociales que es la de hacer que los amigos y la familia compartan información, frente a los esfuerzos de Facebook por ampliarla.
En cierta manera, es una victoria. Para los fines de la lucha contra los monopolios, un mercado se define tradicionalmente por sus productos y su geografía. El debate gira en torno a si, por ejemplo, el material de oficina son solo cosas básicas como el papel o incluyen productos como ordenadores. Factores como los ingresos o las unidades vendidas determinan la cuota de mercado.
Como señaló el juez, resulta más difícil con las plataformas de internet, porque una puede ofrecer productos que se solapan y porque los consumidores no pagan por Facebook o, por ejemplo, una búsqueda de Google. Las empresas ganan dinero en otro mercado vendiendo publicidad.
Es un indicador que hizo que la FTC tropezase. El organismo afirmaba que Facebook disponía de una cuota de mercado de más del 60%, pero no decía de qué, o qué empresas tenían el resto. Boasberg le dio al Gobierno un mes para intentarlo de nuevo. Por ejemplo, podría alegar que el mercado estadounidense de las redes sociales son los 299 millones de estadounidenses que usan internet, según Data Reportal. Los 190 millones de usuarios estadounidenses diarios activos de la red epónima de Facebook, según Omnicore, representarían una cuota del 64%.
Eso es erróneo, en parte porque un usuario típico visita en internet más de seis plataformas diferentes cada mes, según cálculos de Data Reportal. Supongamos que los cinco principales actores son Facebook y su marca hermana Instagram, Snap, Twitter y TikTok. Juntas, es posible que tengan 520 millones de usuarios estadounidenses diarios, según Omnicore y datos de empresas. De ese total, la cuota de Facebook sería de aproximadamente un 37%, y la suma de Facebook e Instagram llegaría al 63%.
Eso podría bastar para indicar que existe un poder monopolístico. Los organismos antimonopolio, independientemente de lo que usen, tienen que revisar su capacidad para analizar datos si van a utilizar argumentos tradicionales. Otra opción es que los legisladores cambien las normas, por ejemplo, restringiendo el uso de datos personales o exigiendo la denominada interoperabilidad, es decir, la capacidad de los usuarios de trasladar contenido a otro sitio web. En cualquier caso, Silicon Valley lleva ventaja, por ahora, a sus perseguidores.