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Fondos Next Generation: ¿Cómo construir un PERTE?

LABE Abogados recomienda aplicar las mismas fases que en cualquier proceso productivo: acopio, síntesis o montaje y procesamiento

Getty Images

Probablemente, todos nos hemos sorprendido por la complejidad de las revisiones tipo D a las que cada seis años se ven sometidos los aviones comerciales. Todas las piezas son desmontadas y vueltas a ensamblar; hasta la pintura debe retirarse y aplicarse de nuevo. Algo parecido ocurre tras una incidencia importante o un tiempo de inactividad.

La crisis provocada por la COVID-19 ha supuesto un impacto de tal dimensión que ha obligado a las principales economías y a la UE a reiniciar la activación económica movilizando todos los recursos posibles. Pero no se trata de volver a la situación anterior, sino de provocar cambios estructurales basados en la resiliencia económica, la sostenibilidad, la digitalización, la competitividad y el empleo.

Los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) se han convertido en España en la medida estrella de las acciones a desarrollar en el marco de los fondos Next Generation. Unos fondos que recordemos activarán 750.000 millones de euros, de los que a España le corresponden 140.000, con una apuesta por una concentración del esfuerzo entre 2021-2023. Todo ello en el marco de una movilización global de 1,8 millones de euros con que cuenta el Plan Europeo de Recuperación Económica aprobado por el Consejo el 21 de julio de 2020.

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¿Pero cómo construir un PERTE? En un proceso productivo tres son las fases a tener en cuenta: el acopio, la síntesis o montaje y el procesamiento.

El acopio parte de los bocetos, el diseño, la logística y la preparación. Estamos en la fase analítica, donde debemos tener en cuenta que nuestro proyecto debe estar llamado a crear procesos competitivos y con capacidad de arrastre. Además, debe estar impregnado de los dos vectores fundamentales de todas las políticas de la UE dentro del actual Marco Financiero Plurianual: la transición ecológica y el reto de la digitalización, para construir una economía más eficiente y competitiva. A ellos se suman los objetivos de Cohesión social y territorial y de igualdad de género en los que profundiza en Plan español.

El armazón se levanta con un proyecto bien definido, un presupuesto claro, unos plazos de ejecución perfectamente pautados, unos socios y una estructura financiera clara y realista. Un proyecto capaz de aunar esfuerzos de actores diversos y que supongan un impacto cuantitativo y cualitativo. Se trata de crear una verdadera cadena de valor.

El montaje comienza con la instalación de los principales componentes: la alineación con los objetivos del Plan de Recuperación y Resiliencia de la UE y con el Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España, aprobado el pasado 16 de junio por la Comisión Europea por un valor de 69.500 millones de euros.

La optimización de un proceso productivo supone que la suma de las partes gana en el proceso con efecto multiplicador. Esta cadena de valor vendrá determinada por la capacidad de generar alianzas entre los ámbitos público y privado, la introducción de innovación, especialmente de la I+D+i y su carácter estratégico.

PERTE

La prueba y verificación del ensamblaje vendrá determinada por la oportunidad del proyecto para cubrir un ámbito de insuficiente iniciativa o capacidad de inversión, importantes externalidades o fallos del mercado.

Cierto es que algunos actores han valorado la complejidad de los PERTE apuntando algunas áreas de sombra y ambigüedad en la lógica de un nuevo instrumento. Ello viene derivado de la inquietud por la alquimia que determinará la participación en los mismos y su forma de ejecución. Pero estamos, sin duda, ante un cambio de paradigma determinado por la necesidad de provocar un cambio estructural en ámbitos organizativos y productivos.

Evitar la corrosión y los efectos del paso del tiempo es un objetivo compartido por este instrumento; los PERTE han venido para quedarse, tienen una clara vocación de permanencia que trasciende al resto de instrumentos, y por tanto su trascendencia será estructural.

Guillermo Martínez, director de Proyectos y Relaciones Institucionales de Labe Abogados.
Guillermo Martínez, director de Proyectos y Relaciones Institucionales de Labe Abogados.

Los hangares de este complejo ensamblado son un lugar compartido que supone un enorme esfuerzo tanto para empresas, administraciones, como para las propias consultorías que trabajamos en la definición de este tipo de proyectos. En LABE estamos inmersos en esta tarea desde el convencimiento de la oportunidad que supone para acometer una transformación de nuestra economía. Se trata de crear una nueva dinámica de colaboración entre las empresas y las Administraciones y la propia mejora y agilidad de gestión de este tipo de fondos.

Despegar con la garantía de un trabajo bien hecho requiere de experiencia, ambición y, a la vez, de capacidad para adaptarse a nuevos instrumentos que se definen operativamente en tiempo real. Ser capaces de ofrecer el mejor trabajo es contribuir a que los recursos tengan el mejor destino posible. Los PERTE trascienden a un plan de recuperación. Grande es el reto.

Guillermo Martínez es director de Proyectos y Relaciones Institucionales de Labe Abogados.

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