Los Amodio reafirman su compromiso con OHL tras ser saneada y en ausencia de dividendos
El grupo prevé mejorar sus ventas, ebitda y contratación este año, con foco en Europa y América
“En OHL miramos al futuro”, se ha podido escuchar en la presentación de la junta de accionistas telemática celebrada por la constructora este mediodía. Un mensaje de optimismo después de tres años intentando asegurar la supervivencia del grupo a través de su transformación operativa, estratégica y financiera.
El consejo de OHL ha comprometido una mejora para este 2021 desde un ejercicio previo en el que el impactó de la pandemia en el ebitda fue estimado en 35 millones. El grupo constructor prevé facturar entre 2.900 y 3.000 millones, desde los 2.830 millones de 2020; subir el ebitda por encima de los 80 millones, frente a los 67,5 millones del pasado ejercicio, y captar proyectos por más de 3.000 millones, a partir de una cifra de 2.800 millones de 2020.
La empresa, cuyas raíces cumplen ahora 110 años (desde la fundación de Obrascon), ha abierto una nueva etapa con los hermanos Amodio al frente del capital, con el 26%. Antes de la reestructuración del capital su participación era del 16%. Grupo Villar Mir ha bajado del 14,6% al 7%; los bonistas entran con un total del 20% y el fondo Tyrus, acreedor de Grupo Villar Mir, se ha hecho con un paquete del 3%.
La junta, celebrada en segunda convocatoria, apenas ha contado con el 31,6% del capital presente o representado (90,6 millones de acciones). Un nivel de participación anormalmente bajo, pero el contacto entre la dirección, partícipes y acreedores ha sido más que intensa en los últimos meses.
La nueva composición del accionariado responde a una serie de ampliaciones de capital y refinanciación de bonos que ha resultado una rebaja de deuda de 105 millones y un fortalecimiento de los fondos propios en 177 millones (entre ampliaciones, quita a los bonistas y capitalización de deuda). OHL ha despejado el inminente vencimiento de bonos por más de 500 millones hasta 2025 y 2026, y negocia ahora con la banca en busca de una mayor disponibilidad de avales para contratar obra nueva.
El presidente, Luis Amodio, ha resaltado la implicación de su familia con el proyecto de OHL, tras haber invertido 37 millones en la recapitalización de la compañía. También ha hablado de su confianza en la recuperación sobre la base de una cartera de 5.200 millones.
La hoja de ruta que ha de ejecutar el equipo de José Antonio Fernández Gallar implica maximizar la entrada de caja; controlar riesgos en la contratación; exigir márgenes mínimos del 10% a los proyectos entrantes, y potenciar el área de concesiones (Senda Infraestructuras) comprometiendo el mínimo equity posible. Y todo ello manteniendo los costes de estructura por debajo de un 4% respecto a los ingresos.
El consejero delegado ha resaltado que la constructora “ha vivido un proceso de transformación en los últimos tres años y cuenta con una estructura de balance y financiera fortalecida para su crecimiento futuro”. Fernández Gallar también ha subrayado la rentabilidad operativa del grupo en un ejercicio 2020 que se saldó con pérdidas netas de 151 millones de euros.
Ilusión pese a la ausencia de dividendos
Como era previsible, Amodio y Fernández Gallar han calificado de "ilusionantes" los próximos años de OHL, pero no han podido dar esperanza alguna sobre la recuperación del dividendo.
La propia refinanciación que ha sacado a flote a la constructora ha acarreado el compromiso de mantener cerrado el grifo del dividendo hasta el vencimiento íntegro de los nuevos bonos, previsto el 31 de marzo de 2026, así como de las principales líneas de avales y financiación. La última vez que OHL retribuyó a sus accionistas fue con cargo al resultado de 2018.
La reconstrucción de OHL también ha precisado la reestructuración societaria, pasando la mayor parte del negocio del grupo al vehículo OHL Operaciones y quedando como garantía ante los bonistas las principales áreas de negocio.