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Celsa coge aire en Francia gracias a una alianza estratégica con Intersig

Invierte 60 millones en un nuevo tren de laminación

Oficinas de Celsa.
Oficinas de Celsa.

Celsa ha firmado una alianza estratégica con Intersig France, filial del grupo Van Merksteijn y el mayor fabricante europeo de productos trefilados, que le permitirá incrementar su negocio desde su complejo industrial de Bayona (Francia) hasta alcanzar una producción anual de 550.000 toneladas de productos laminados de acero.

La siderúrgica catalana informó ayer de que ha invertido 60 millones de euros en un nuevo tren de laminación que estará operativo en otoño y con el que culmina su plan estratégico 2017-2021. Con este contrato se garantiza la colocación sostenible y eficiente, en términos de costes logísticos, de un producto final elaborado para un mercado estratégico en Europa como es el francés, lo que permitirá a la compañía española posicionarse como la primera siderurgia privada europea en la fabricación de productos largos de acero.

Actualmente, el grupo recicla ocho millones de toneladas de chatarra férrica al año, lo que representa la mayor recicladora de España y la segunda de Europa. Su nuevo tren de laminación contribuirá a minimizar el impacto de la actividad industrial permitiendo una mejora de la eficiencia energética y ambiental a través de un menor consumo de energía.

“Con esta alianza, el grupo culmina en tiempo y forma, en un entorno de la máxima dificultad debido a la pandemia, el plan estratégico 2017-2021 gracias a la puesta en marcha del tren de laminación”, señaló el presidente y consejero delegado de Celsa Group, Francesc Rubiralta.

Rescate de la SEPI

Más de seis meses han transcurrido desde que Celsa solicitó el rescate al fondo de solvencia de la SEPI. El salvamento se ha ido retrasando, pero en los próximos días la compañía recibirá un borrador con los términos de la ayuda, que será de un máximo de 550 millones.

Se emplearán para ejecutar una reestructuración de la deuda, que incluirá abultadas quitas, en el entorno del 80%, para los acreedores –en su mayoría hedge funds–, y estos, a cambio, aspiran a controlar una amplia mayoría del capital. Las fuentes consultadas indican que quieren más del 70%.

La familia Rubiralta Rubió, dueña de la multinacional siderúrgica, comenzó una batalla legal contra sus acreedores en abril del año pasado, invocando la denominada cláusula rebus sic stantibus –para modificar un contrato por causas sobrevenidas–, que le ha permitido no tener que hacer frente al pago de unos 200 millones de euros en capital e intereses.

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