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La llamada de Deutsche Telekom a T-Mobile podría salirle cara

Al Gobierno alemán, primer accionista de la matriz, sí puede compensarle tener una mayoría accionarial de la filial

Tim Hoettges, CEO de Deutsche Telekom.
Tim Hoettges, CEO de Deutsche Telekom.reuters

Llamar de Deutsche Telekom a T-Mobile US es más complicado de lo que parece. La operadora puede asegurarse una participación mayoritaria en su filial de 176.000 millones de dólares (144.000 millones de euros) a un precio de derribo. Sin embargo, como la participación de T-Mobile está valorada con un descuento dentro de la matriz alemana, las sumas pueden no cuadrar.

Deutsche posee el 43% de T-Mobile tras su fusión con su rival estadounidense Sprint. Sin embargo, el consejero delegado, Tim Hoettges, tiene el control de los votos –y, por tanto, consolida su deuda y sus beneficios– gracias a un acuerdo de accionistas con la antigua matriz de Sprint, SoftBank Group, que posee el 9%. El acuerdo, en virtud del cual Hoettges también tiene una opción de compra de las acciones de SoftBank, expira en 2024.

Una de las motivaciones para ejercer la opción es cruzar el umbral del 50% de la propiedad, impidiendo que nadie más tome una participación mayoritaria. Ello evitaría el aprieto en el que se encontraba Vodafone antes de 2014 con una participación del 45% en Verizon Wireless, controlada en última instancia por Verizon Communications. Sin embargo, eso no le ocurrirá a Hoettges, ya que tiene derecho de rechazo sobre las acciones de SoftBank incluso después de que expire el acuerdo.

Otra razón para actuar es el bajo precio de las opciones. Gracias a la subida del 85% de T-Mobile desde principios de 2020, compensan. El acuerdo con SoftBank permite a Deutsche comprar 45 millones de acciones de T-Mobile por 101 dólares cada una, al tiempo que se asegura la participación restante del grupo japonés a precios de mercado. Actualmente, con la acción en 141 dólares, el coste total sería de 12.400 millones de dólares (10.100 millones de euros), unos 1.700 millones (1.400 millones) menos que el valor de mercado de la participación.

Para los accionistas, la ecuación es más complicada, ya que las acciones de T-Mobile de Deutsche sufren un descuento de valoración. Supongamos que el núcleo del imperio europeo de telecomunicaciones de Hoettges merece el múltiplo de 6,8 veces el ebitda futuro de Vodafone, lo que implica un valor empresarial de 98.000 millones de euros. Si deducimos este valor de los 278.000 millones de euros del grupo, incluyendo la deuda, las pensiones y los intereses minoritarios, según las estimaciones de Citi, nos quedan 180.000 millones para T-Mobile. Una vez descontado el endeudamiento del grupo estadounidense, esto implica un descuento del 16% sobre sus fondos propios, es decir, 24.000 millones de euros de valor perdido. Comprar más podría agravar el problema.

Para el Gobierno alemán, el mayor accionista de Deutsche Telekom, podría ser un precio que valga la pena pagar. Podría decirse que hay un valor político en el control de una importante empresa de telecomunicaciones estadounidense en un momento en el que Washington está tratando de inmiscuirse en las cadenas de suministro de telecomunicaciones de otros países. Para otros inversores, construir el imperio de Hoettges tiene un coste.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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