El supervisor reclama a un grupo de bancos que provisionen más por la crisis del Covid
Insiste en la necesidad de que las entidades incidan en la reducción de costes
El Banco de España considera que el ritmo al que los bancos españoles dotaron provisiones por riesgo de crédito en 2020 "parece adecuado a nivel agregado", pero apunta que probablemente deberá mantenerse durante los próximos años o incluso aumentar si la recuperación económica resulta más lenta de lo esperado.
En su Informe Anual 2020, el Banco de España reitera que el crédito dudoso no ha aumentado por medidas de apoyo como los avales públicos y las moratorias y alerta de que "la morosidad podría repuntar una vez que se agoten los efectos de las medidas".
El crédito dudoso procedente de la cartera de crédito concedido a las empresas y a los autónomos cayó un 1,8% en 2020, un descenso que contrasta con la caída del 23% registrada en 2019, mientras que el crédito refinanciado no dudoso se contrajo un 13,9%, similar al retroceso del 13,2% de un año antes.
Sin embargo, el Banco de España ha observado "riesgos latentes", como el fuerte aumento del crédito en vigilancia especial, que es aquel en el que el riesgo de impago ha aumentado significativamente desde su reconocimiento inicial, pero no lo suficiente como para clasificarlo como dudoso. Esto, según advierte el supervisor, "podría considerarse un cierto indicio anticipado de un potencial deterioro en la calidad crediticia de los préstamos".
En concreto, los créditos a empresas clasificados en vigilancia especial se incrementaron un 37% en 2020, frente a la caída del 4% de un año antes, alcanzando los 48.600 millones de euros (equivalente al 9,8% de la cartera).
El informe también destaca que las señales de deterioro crediticio en las carteras de préstamos avalados y en moratoria son "significativamente superiores" a las del resto de las carteras.
El Banco de España advierte en su informe de que las necesidades de liquidez de las empresas más afectadas "todavía serían relativamente elevadas" y algunas podrían haber consumido en 2020 una parte de sus colchones de liquidez.
Según apunta, si la crisis acaba generando daños persistentes en los balances del sector empresarial, la calidad de la cartera crediticia de los bancos "podría resentirse, lo que a su vez podría limitar, en los escenarios más adversos, la oferta de crédito bancario, con el consiguiente impacto negativo sobre las perspectivas de recuperación económica".
Por todo ello, el organismo ve necesario seguir de cerca la evolución de las condiciones de oferta crediticia. "Resulta crucial hacer un seguimiento estrecho de la situación financiera de las empresas, con el fin de identificar de forma prematura cualquier indicio de deterioro adicional y tomar las medidas necesarias para contenerlo en caso de que se produjera", resalta el documento.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha destacado la "elevada resistencia" mostrada del sector bancario durante la crisis, pero explica que, debido a la persistencia de la incertidumbre, a que el impacto de la pandemia no se ha mostrado plenamente en los balances de las entidades y a que estas siguen beneficiándose de diversas medidas de respaldo público, los supervisores les han recomendado "que actúen con extrema prudencia en las políticas de distribución de dividendos y de remuneración variable".
"En paralelo, las entidades deben mantener una política de anticipación del reconocimiento de deterioros, garantizando que este sea adecuado y oportuno, como establecen las guías supervisoras", ha resaltado.
ATENCIÓN A LAS PROVISIONES DURANTE 2021
El Banco de España pone en valor el esfuerzo en provisiones para cubrir el riesgo de crédito realizado por las entidades a lo largo del pasado año. "Aunque el ritmo de dotación de provisiones parece adecuado a nivel agregado, si bien con cierta heterogeneidad entre entidades, es probable que haya que mantener este esfuerzo de provisionamiento durante los próximos años, o incluso incrementarlo si la recuperación económica es más lenta de lo esperado", resalta el supervisor.
La fecha de cierre para ese análisis es diciembre de 2020, por lo que no incluye la dotación de provisiones por deterioros financieros que los bancos hicieron en el primer trimestre de 2021, que fue inferior a la del mismo periodo del año anterior, siendo más notables los descensos en las entidades de mayor tamaño.
Fuentes del Banco de España consultadas por Europa Press indican que los datos de un único trimestre no son lo suficientemente significativos como para modificar el análisis previo de grado de cobertura y que las dotaciones del primer trimestre no son tampoco típicamente suficientes para predecir las del conjunto del año.
"Es necesario monitorizar su evolución a lo largo de 2021", señalan desde el organismo supervisor.
Además, el gobernador del Banco de España se ha referido a los nuevos riesgos que pueden emerger en el futuro. "Queda pendiente la implementación plena y a tiempo de la finalización de las reformas globales de Basilea III. Será importante también dar respuesta a los riesgos derivados del cambio climático y la digitalización. Y resulta fundamental que, en el entorno de tipos de interés reducidos y de emergencia de nuevos competidores, las entidades sigan profundizando en las ganancias de eficiencia, reduciendo costes y utilizando más intensivamente las nuevas tecnologías", ha señalado.