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Los dueños de EE UU de clubes ingleses buscan un gol de oro

Con la Superliga en ruinas, carecen de un plan B fiable para rentabilizar sus inversiones

John W. Henry (con gafas), dueño del Liverpool, y su esposa, Linda Pizzuti, en un partido Liverpool-Manchester United.
John W. Henry (con gafas), dueño del Liverpool, y su esposa, Linda Pizzuti, en un partido Liverpool-Manchester United.reuters

En fútbol, un gol de oro daba la victoria automática en un partido. Los propietarios estadounidenses del Arsenal, el Manchester United y el Liverpool pensaban que habían encontrado el equivalente financiero en la Superliga. Con ese plan en ruinas, Stan Kroenke, la familia Glazer y John Henry carecen de un plan B fiable.

Uno de los atractivos de la Superliga era la oportunidad de controlar los costes. Los ingresos se han reducido durante la pandemia, y muchos clubes han acumulado pérdidas. El dinero proveniente de los lucrativos acuerdos de transmisión por televisión nacional también ha dejado de crecer.

La introducción de un cártel deportivo al estilo de EE UU habría permitido obtener nuevos ingresos de los medios y, al mismo tiempo, que los propietarios impusieran un límite a los salarios y los traspasos de los jugadores, quedándose con una mayor parte para ellos. El plan podría haber cuadruplicado el beneficio operativo del Manchester United, según nuestros cálculos.

Ahora que la Superliga ha implosionado, los propietarios tienen la opción de recortar unilateralmente los costes. Podrían seguir una versión sobrecargada de la estrategia iniciada por los Glazer, que tienden a extraer cuantiosos dividendos del Manchester United en lugar de invertir dinero fresco.

Pero los clubes que gastan menos tienden a atraer a menos estrellas, a jugar peor y se arriesgan a perder los ingresos de los lucrativos torneos europeos. Las restricciones financieras solo funcionan en el improbable caso de que los rivales sigan su ejemplo.

Otra opción es vender. El fundador de Spotify Technology, Daniel Ek, dice que quiere comprar el Arsenal. Los Glazer estarían dispuestos a vender el Manchester United por 4.000 millones de libras (4.600 millones de euros), según recientes informaciones de prensa. Muchos aficionados, indignados por el fiasco de la Superliga, están deseando perder de vista a los propietarios de sus clubes.

Sin embargo, cumplir con las expectativas de valoración parece complicado. El precio de los Glazers es casi el doble del valor empresarial actual del club, que cotiza en Nueva York: 2.400 millones de libras (2.800 millones de euros). Por su parte, Kroenke, del Arsenal, probablemente esperaría una prima sobre la valoración de 1.800 millones (2.100 millones) que supuso su compra de 2018 a los minoritarios. Sin embargo, si se aplica el múltiplo de ingresos futuros del Manchester United a la facturación prepandémica del Arsenal, se deduce que el club londinense solo vale 1.600 millones (1.800 millones).

Los cazadores de trofeos con liquidez abundante, probablemente los propietarios naturales de los equipos de fútbol, son escasos. Los principales inversores de Abu Dabi y Qatar ya son propietarios del Manchester City y del París Saint-Germain, respectivamente. Los capitalistas chinos se han retirado en su mayoría. Aparte de Ek, los multimillonarios de la tecnología parecen carecer de interés.

La regla del gol de oro solo se utilizó un puñado de veces en los grandes torneos antes de que las autoridades la eliminaran. Los propietarios estadounidenses de clubes británicos tienen igualmente pocas posibilidades de salvación financiera.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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