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Borja Vázquez: “El traje volverá, pero dudo que vuelva la corbata”

Factura 72 millones de euros y el 30% de las ventas procede del canal online

Borja Vázquez, socio fundador de Scalpers.
Borja Vázquez, socio fundador de Scalpers.
Paz Álvarez

Tras ocupar cargos de responsabilidad en multinacionales de diversos sectores, Borja Vázquez (Sevilla, 1977) lanzó una primera compañía en el sector servicios que fracasó. Más tarde, en 2007, creó con un grupo de amigos, entre los que se encontraba Rafael Medina, el duque de Feria, Scalpers, una firma de sastrería a medida a domicilio, que con el paso de los años ha ido evolucionando hacia una marca de moda global, que factura 72 millones de euros, emplea a más de 800 personas de forma directa y tiene presencia en ocho mercados, siendo los principales España, Portugal, Chile y México, y este año prevén abrir en Colombia y Turquía, tanto en el canal físico como online. Entre las novedades, presenta ahora la fragancia Scalpers The Club.

R. ¿Cómo están viviendo esta crisis?
R. Por lo que leo, creo que nos está afectando menos que a otros operadores del sector. Nosotros teníamos avanzado antes de que ocurriera esto un cambio de estructura y un enfoque hacia lo digital, de modo que estamos atravesando la situación de manera más holgada. De hecho, de los 72 millones de facturación, el 30% proviene del negocio online. El crecimiento ha sido tremendo si lo comparamos con el dato del 14% de 2019.
R. Ante esta perspectiva, ¿contemplan el cierre de tiendas?
R. No hay una premeditación de cierre de tiendas, lo que estamos es en una fase de cambio, ya que estamos migrando hacia otro concepto de tienda, de mayor tamaño, donde se viva la experiencia omnicanal de verdad y que no podemos dar por tamaño en espacios medianos. Estamos cerrando contratos para nuevas ubicaciones, de manera que se producirán cierres de tiendas por reubicación de espacios. Abriremos nuevas tiendas de mayor tamaño, y eso es algo positivo.
R. ¿Qué pide el cliente a una firma de moda como la suya?
R. Pide servicio. Y si algo ha acelerado la pandemia en cinco o siete años ha sido la experiencia de compra del cliente digital. El cliente reclama inmediatez, y tenemos que alinear el negocio físico con las expectativas de compra digital. No puede haber frustraciones, sobre todo en la compra física, por eso las tiendas de entre 120 y 140 metros cuadrados las vamos a convertir en espacios con el doble de metros, con 300 o 350 metros cuadrados.
R. La industria textil está pasando apuros.
R. Lamentablemente, hay operadores que no han ido bien, otros han cambiado su estrategia, pero lo cierto es que también hay movimientos de oportunidad. El mercado es sabio y se adapta a las oportunidades. No ha habido una sola compañía por grande que fuera que pudiera estar preparada para esto. Es importante tener estructuras que sean flexibles y ágiles en la toma de decisiones, para actuar de manera flexible y rápida. Y esto está relacionado con la capacidad y autonomía de los equipos.
R. ¿Cómo ha cambiado Scalpers desde su creación?
R. Es una marca que comenzó con pocos recursos, diseñando colecciones para clientes con poder adquisitivo; era una marca destino, que poco a poco fue cambiando hacia una audiencia mayor, mucho más democrática. Nacimos como una marca masculina y ahora tenemos niños y mujer. Es una marca que habla a una comunidad mucho más amplia y tiene más poder de reconocimiento con la evolución del mercado. En cuanto a la estructura, la toma de decisiones corresponde a equipos más jóvenes, cercanos al target de cliente.
R. En sus inicios estaban más volcados en la confección del traje masculino a medida, ¿es una prenda que ha caído en desuso?
R. Ha sufrido mucho, y ahora mucho más debido al teletrabajo y a que no hay tantas ocasiones para lucirlo. Se han reducido las comidas y los eventos de empresa. Tampoco se celebran bodas como antes. Es uno de los segmentos de moda que más ha sufrido, ya que hemos evolucionado hacia una forma de vestir mucho más casual.
R. ¿Volverán el traje y la corbata?
R. El traje, sí, porque es una muestra de respeto hacia el interlocutor, pero con la corbata tengo dudas. Creo que esta prenda se reducirá a casos de protocolo, ya que en sectores puntuales, como la banca, los despachos de abogados o las grandes corporaciones, ya poca gente la usa. Las fotos de LinkedIn de la gente de hace ocho años eran formales, de currículos tradicionales, mientras que ahora las fotos de los consejeros delegados de las empresas, sobre todo americanas, ofrecen una imagen mucho más cercana, con polos, camisas remangadas…, todo eso ayuda a la hora de tomar decisiones. Yo soy un convencido del traje, es una prenda que viste mucho, aunque también cuando ha desaparecido del uso diario se han desencorsetado las relaciones laborales, dando a entender que no hay ideas de jerarquía forzadas.
R. Otra tendencia es el uso generalizado de las zapatillas.
R. Eso ha venido para quedarse. Se acepta socialmente, va a ser complicado que esta tendencia desaparezca. Con traje, hay que tener estilo para llevarla y que quede bien, aunque con una americana queda desenfadada y estilosa. La venta de moda ha evolucionado mucho del estilo formal al desenfadado. La gente quiere ropa cómoda, sobre todo ahora, tras haber pasado meses en casa.
R. ¿Qué peso tiene dentro de Scalpers la moda femenina?
R. Ahora mismo supone el 21% de nuestras ventas. Y esto va en línea con la idea de que tenemos que dejar de ser una compañía masculina para ser una firma global. De hecho, el peso de la moda mundial está en la moda de mujer. No lo hicimos antes por humildad.

Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

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