La digitalización de un 10% de pymes europeas generaría de 148.000 millones
Un informe de Deloitte publicado por Vodafone aborda lo que supondía este cambio, y qué se necesita para generarlo cuanto antes.
La digitalización de las pequeñas y medianas empresas generaría un valor incremental de unos 148.000 millones de euros. El informe Digital for Europe, elaborado por Deloitte, y publicado por Vodafone refleja los beneficios de la transformación digital en este tipo de empresas.
Sostenibilidad económica
El informe pone de manifiesto que la digitalización permitirá a las pymes garantizar su sostenibilidad económica. Además, les proporcionará una capacidad de recuperarse y cerrar brechas digitales en zonas rurales. Según advierte, las empresas rurales están más capacitadas para la digitalización y gracias a ella podrán mejorar la productividad en sectores como el agrícola.
La conectividad será clave para la digitalización de las pymes. El informe analiza los beneficios del despliegue de redes como el 5G. En ese sentido, se pone como ejemplo sectores como el de la sanidad donde la telemedicina podría reducir en un 3,7% el coste de atención del paciente y aumentar en un 5% su eficiencia en los países de la Unión Europea.
Según se recalca, la telemedicina permitiría aumentar en un 1,7% la esperanza de vida de los ciudadanos y reducir un 3,6% la mortalidad.
Detrás de EE.UU y China
El director de Vodafone Business, Daniel Jiménez, asegura que la tecnología 5G “está impulsando la revolución industrial digital. IHS Markit ha calculado que el despliegue mundial de esta tecnología podría suponer un aumento de hasta 11 billones de euros en la producción global intersectorial para 2035”.
No obstante, en Europa la adopción de tecnologías como ésta aún se sitúa por detrás de países como Estados Unidos o China. La GSMA indica que para 2025 el 34% de las conexiones móviles europeas utilizarán redes 5G, en comparación con el 48% en Norteamérica y el 47% en China.
Por otro lado, el informe alude a la necesidad de que los estados que formen parte de la Unión Europea dispongan de planes de recuperación. Los planes se deberían trazar bajo la colaboración público-privada y se asegura que esto propiciará un “equilibrio sostenible” para el consumidor y para el inversor.