El conflicto de los acreedores pone a Abengoa al borde del abismo
Uno de los prestamistas ha retirado el waiver que permite aplazar la fecha límite del rescate; el concurso o el preconcurso son las salidas ahora
Abengoa está al borde del abismo. El viernes había un acuerdo para extender el plazo para llegar a un acuerdo en la fecha límite para el rescate. Los acreedores, el ICO y Cesce así lo habían pactado, pero el fin de semana se rompió el consenso. Uno de los grandes acreedores retiró el pasado fin de semana el waiver (renuncia de pago) que permitía ampliar el plazo más allá de la junta de accionistas del día 4 y esto significa en la práctica el concurso o el preconcurso de acreedores.
En un comunicado a la CNMV, el consejo de administración ha explicado este lunes que celebrará de "forma inmediata" una sesión en la que, en cumplimiento de sus deberes fiduciarios, tomará las decisiones que le correspondan para proteger sus intereses. Las únicas salidas ahora, salvo sorpresa, son el concurso o el preconcurso de acreedores, que pone en riesgo los 14.000 empleos del grupo de ingeniería.
Un fondo ya tenía firmado el compromiso para inyectar 35 millones en el grupo de ingeniería, pero necesitaba el visto bueno de los acreedores, de la aseguradora Cesce y del banco público. El plan inicial era dar una nueva patada hacia adelante. Pero todo ha saltado por los aires este fin de semana.
El 6 de agosto de 2020 se anunció un preacuerdo que suponía el tercer rescate de Abengoa desde que entró en preconcurso en 2015. Los acreedores y las administraciones públicas se comprometieron a inyectar más de 500 millones entre avales y liquidez. La Junta de Andalucía aseguró que pondría 20 millones, pero no lo hizo finalmente. Y todas las partes involucradas se pusieron a remover cielo y tierra para conseguir la cantidad.
En la junta prevista para el 4 de marzo, los minoritarios que se han opuesto al rescate quieren expulsar del consejo al actual presidente de Abengoa, Juan Pablo López-Bravo, y a la otra consejera Margarida Smith con el objetivo de trazar su propia hoja de ruta para una operación más favorable. Clemente Fernández, expresidente de Amper, sería quien capitanearía el salvamento. En noviembre ya consiguieron destituir al anterior consejo, capitaneado por Gonzalo Urquijo.
La compañía reivindicó el plan original, que supone que los acreedores se hagan con los activos de la sociedad, frente al grupo de accionistas minoritarios AbengoaShares que amenazan su consecución. Los acusó de "tener incentivos personales" para que este plan no se ponga en marcha e ir contra el interés social de la compañía.
Hasta el pasado 19 de febrero, según ha explicado la firma sevillana, se ha ido extendido el plazo de cierre de la operación al haberse obtenido en cada posible vencimiento los consentimientos necesarios al efecto, a la vez que la firma ha trabajado, en todo momento y en paralelo, en la búsqueda de posibles alternativas ante la no aportación de 20 millones de euros por la Junta de Andalucía.
Sin embargo, la compañía ha explicado que al no haberse obtenido un nuevo consentimiento para la extensión del plazo, el acuerdo de reestructuración ha quedado automáticamente resuelto, de modo que la operación de financiación no puede ser ya ejecutada.
De esta forma, dado que la resolución automática del acuerdo de reestructuración provoca que dejen de estar en vigor tanto los consentimientos relacionados con el aplazamiento y renuncia de pago de determinados intereses y restricciones establecidos en el acuerdo respecto de los vigentes instrumentos financieros y de deuda, el consejo de administración de Abengoa celebrará de "forma inmediata" una sesión en la que, en cumplimiento de sus deberes fiduciarios, tomará las decisiones que le correspondan para proteger los intereses de Abengoa y de su grupo de sociedades, teniendo presentes así mismo a todos sus grupos de interés.