Abengoa busca un fondo que asuma los 20 millones de la Junta de Andalucía
El viernes expira el último plazo para el rescate
Abengoa entra esta semana en la enésima cuenta atrás para salvar su futuro. La compañía debe encontrar antes del viernes un fondo que aporte los 20 millones de euros de su rescate que rechaza asumir la Junta de Andalucía para que el Gobierno blinde las ayudas a través del ICO y Cesce. O que se resuelva el enfrentamiento entre los ejecutivos nacional y autonómico y que este último asuma el dinero comprometido.
La situación de Abengoa es crítica. La compañía firmó en verano un rescate con sus acreedores de 356,4 millones de euros para garantizar su viabilidad. A cambio, la empresa se comprometía a trasladar sus activos a una nueva sociedad, controlada por los acreedores (capitaneados por Banco Santander y KKR). La vieja Abengoa –es decir, los accionistas de la cotizada– se quedaba con un 2,7% de esa nueva empresa con los activos valiosos.
Los acreedores también exigían un blindaje por parte del ICO y de Cesce del nuevo dinero. Este fue concedido, según el acuerdo comunicado el 6 de agosto a la CNMV. El banco público se comprometió a emplear su blindaje anti-Covid, que asegura el 70% del importe del dinero inyectado, y la aseguradora controlada por el Estado, el 60% de avales por 126,4 millones ampliables a 300 millones. La Junta de Andalucía, por su parte, aseguró que pondría 20 millones.
El Gobierno autonómico, de PP y Ciudadanos, rechazó participar en la operación, alegando que no contaba con los instrumentos precisos para ello. El Ejecutivo central, de PSOE y Unidas Podemos, rechaza dar su visto bueno a los avales del ICO y Cesce sin que se comprometa también el Ejecutivo que preside Juan Manuel Moreno Bonilla. Esto está haciendo descarrilar el salvamento de la empresa desde hace meses.
Abengoa ha explorado varias soluciones a este enfrentamiento. La primera fue que Banco Santander aportase esos 20 millones. Pero la entidad que pilota Ana Botín pedía que este tramo también estuviese garantizado por el ICO. La entidad pública seguía negándose a ello si el Gobierno andaluz no se comprometía también con Abengoa.
La siguiente solución que se exploró fue la búsqueda de un tercer inversor que aportara esos 20 millones. Primero negoció con un fondo de capital riesgo, pero este no solo solicitaba intereses, sino activos valiosos para revender a su antojo, restando valor al grupo resultante. Esta fórmula fue descartada. El tercer intento fue el de un fondo soberano que aportara ese efectivo. Otra solución que fracasó. Pese a tener incluso la carta de compromiso encima del tapete, con más dinero de los 20 millones solicitados, el fondo se echó atrás en el último momento al aducir que su inversion mínima era de más de 200 millones.
Ahora, Abengoa entabla nuevas conversaciones con un fondo de private equity de origen californiano. Se trata de un fondo de carácter oportunista, especializado en empresas en situaciones especiales (léase, desesperadas), según fuentes financieras. Pero la situación es complicada y el desenlace del rescate, cuyo fecha límite esta fijada para el viernes 19, está en el aire.
En la cuerda floja
Las fuentes consultadas distan de ser optimistas sobre un eventual final feliz de la empresa de ingeniería, que da empleo a unas 14.000 personas en todo el mundo, con especial incidencia en Andalucía. Aseguran que las posiciones de Banco Santander, con Javier García-Carranza al frente de las negociaciones, y del propio ICO, están poniendo contra las cuerdas a la compañía. Otras fuentes explican que también se ha bloqueado una tercera vía que supondría un balón de oxígeno para Abengoa: el cobro por adelantado de contratos que mantiene con de su antigua filial estadounidense, Abengoa Yield, rebautizada en 2016 como Atlantica Yield. Esta no está participada ya por la empresa española desde 2018, aunque ambas firmas tienen relación comercial.
La falta de acuerdo desde hace ya más de seis meses provocó la dimisión en bloque el pasado 8 de enero del presidente de la filial con los activos valiosos, Abenewco1, Gonzalo Urquijo, junto con la del resto de sus consejeros: Josep Piqué, Ramón Sotomayor, Manuel Castro, José Luis del Valle, Pilar Cavero y José Wanhon.
La posición de los minoritarios
Minoritarios de Abengoa agrupados en torno a la plataforma AbengoaShares, al frente de la que se puso el exvicepresidente mundial de Coca-Cola Marcos de Quinto, logró una compensación para los pequeños accionistas. A finales del año pasado, llegaron a un pacto de no agresión, con el que lograron una concesión clave: un instrumento financiero –una suerte de warrants– que les permitiría incrementar su participación en Abengoanewco1 desde el 2,7% pactado por los acreedores hasta el 12% si la compañía evoluciona favorablemente. Pero ni con esto el tercer rescate de la compañía salió adelante debido a la falta de alineamiento entre los acreedores y de las administraciones públicas involucradas en el rescate. Ahora mismo, el destino de la compañía está en manos de dos consejeros sin un conocimiento extenso de la empresa y que ni siquiera están cobrando: Juan Pablo López-Bravo y Margarida Smith. El último órdago de los minoritarios es una junta de accionistas convocada para el 4 de marzo –en principio, una vez vencido el plazo para ejecutar el rescate, salvo que este se prorrogue de nuevo– en la que el objetivo es destituir a los consejeros mencionados y nombrar presidente a Clemente Fernández, expresidente de Amper.