La vivienda vacía en España, entre el 3% y 5% de Barcelona y Madrid y el 15% de Zaragoza

En plenas negociaciones por la Ley estatal de vivienda, Tecnocasa estima que el 10% del parque en España está deshabitado

Las difíciles negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos para dar forma a la futura Ley estatal de vivienda giran en torno a ejes como la limitación de los precios del alquiler, la suspensión de los desahucios a colectivos vulnerables o la movilización de vivienda vacía hacia el alquiler asequible, principalmente la de grandes propietarios. Ayer mismo, la secretaria de Estado de Agenda 2030, Ione Belarra, afirmó en este sentido que si los grandes tenedores destinaran el 30% de sus viviendas al alquiler social “podríamos aumentar el parque público en unos 140.000 o 150.000 inmuebles”. Desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), sin embargo, vienen argumentando que la falta de información oficial respecto a la vivienda vacía hace casi imposible cuantificar el impacto que tendrían medidas de este tipo.

De momento, algunas empresas del sector sí se atreven a poner cifras a esta realidad. Ayer, durante la presentación del XXXII Informe sobre el mercado de la vivienda, elaborado por el Grupo Tecnocasa y la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, el director de análisis del grupo, Lázaro Cubero, estimó que el parque de vivienda vacía en España roza el 10%. Aunque con importantes diferencias entre una zona y otra.

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Las principales ciudades, prosiguió Cubero, donde se concentran las grandes zonas tensionadas y los problemas habitacionales más acuciantes, cuentan con una proporción de vivienda vacía significativamente muy por debajo de la media, con Madrid en el 5,4% del parque y Barcelona en el 3,1%, siempre según los datos de la citada empresa.

La foto empieza a cambiar a medida que las ciudades se hacen un poco más pequeñas, con un 7,7% de vivienda deshabitada en Sevilla y un 8,6% en Valencia, de nuevo por debajo de la media del país. Hay que irse a Zaragoza, la quinta ciudad española por número de habitantes, para superar la tasa española: un 15,1% de vivienda desocupada en un parque que, en cifras absolutas, nada tiene que ver con el de los grandes mercados.

Por eso, el catedrático de Economía en la Universidad Pompeu Fabra, José García Montalvo, aseguró que las cifras de Belarra no cuadran, ya que los inversores institucionales, como bancos y grandes fondos, tienen "entre el 4% y el 5%" del parque de vivienda en alquiler. “La vivienda social es un problema de las autoridades públicas. No se puede cargar en el sector privado la mala gestión de lo público”, señaló, poniendo énfasis en los miles de inmuebles de titularidad pública que las administraciones han vendido a lo largo de los últimos años.

En la misma línea se posicionó el gestor inmobiliario de Blackstone, Eduard Mendiluce, en un encuentro organizado por PwC. Allí advirtió de que el alquiler social es “responsabilidad 100% de la Administración pública” y de que solo en el ámbito del alquiler asequible están dispuestos a llegar a acuerdos de colaboración público-privada.

En el Gobierno de coalición se debate precisamente cómo movilizar esa parte del parque que pertenece a los grandes propietarios hacia el alquiler social. La parte socialista, encabezada por la cartera de José Luis Ábalos, ha puesto sobre la mesa la posibilidad de establecer desgravaciones o incentivos fiscales para que los grandes tenedores lleven parte de su stock al mercado del arrendamiento asequible. Unidas Podemos, por su parte, se decanta por gravar las viviendas vacías de los grandes propietarios para presionarles y que así movilicen su cartera.

Más allá del tipo de medidas que se barajan a ambos lados del Gobierno de coalición, el fomento del alquiler asequible o social parece ser un punto en común de los dos socios del Ejecutivo. En esta línea, los datos de Tecnocasa también ofrecen una foto de la realidad de este mercado en cada una de las cinco grandes ciudades. De nuevo, con grandes diferencias entre Madrid y Barcelona y las otras tres urbes.

Así, en la capital, la proporción de vivienda alquilada ha pasado del 10% del parque en 2017 a más del 15,5% a cierre de 2020. En Barcelona, por su parte, se ha pasado del 18,7% al 20,1% en el mismo periodo. Valencia ha doblado su proporción, pasando del 5% al 10%; Zaragoza se mantiene en torno al 5%; y Sevilla ha pasado del entorno del 2,5% al 5%.

En paralelo, más allá de las negociaciones sobre el papel de los grandes tenedores y las casas vacías, el precio de la vivienda usada en España cayó en el segundo semestre de 2020 un 4,4% en tasa interanual, enlazando tres semestres seguidos en negativo, según los datos de Tecnocasa. La caída empezó ya en el segundo semestre de 2019 con una cesión del 2,1%. Fue a partir de la pandemia cuando las tasas negativas se dispararon a casi el -5% en la primera mitad de 2020, coincidiendo con los primeros meses de la crisis sanitaria y económica, para moderar el retroceso hasta el -4,4% a cierre del ejercicio. Esta evolución, en opinión de García Montalvo, no es del todo alarmista. De hecho, muestra que hay un cierto “sostenimiento”. Lo que no es posible aventurar, en opinión del catedrático, es cómo evolucionará el precio en un 2021 sujeto totalmente a la incertidumbre.

Sobre la firma

Pablo Sempere

Es redactor de la sección de Economía y escribe habitualmente de fiscalidad y mercado inmobiliario, aunque también toca otros temas de índole macroeconómica. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, ha desarrollado casi toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde el año 2016 tras colaborar con otros medios.

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