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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Si hay crecimiento, habrá réplica en los beneficios y las cotizaciones

Los analistas del mercado coinciden en que podría ser el ejercicio en el que mejor se comportasen las empresas más ligadas al ciclo y de tamaño mediano o pequeño

CINCO DÍAS

La irracionalidad que muchas veces gobierna los movimientos de los mercados financieros no es nunca suficiente como para ocultar el enigma que explica los movimientos de largo plazo de las cotizaciones: el crecimiento económico. La actividad económica es el auténtico subyacente de los movimientos en los precios de las empresas, porque es el motor que genera los beneficios, única justificación, a fin de cuentas, de las valoraciones de las compañías. Y precisamente en este arranque de año, y pese a las grandes expectativas de éxito de una solución médica a la pandemia global del coronavirus, es la magnitud del crecimiento de las economías la variable más cuestionada en estas primeras semanas del ejercicio. Los organismos internacionales hablan de horquillas entre el 4% y el 5% para el crecimiento global de la economía, pero con un comportamiento tan asimétrico que no es una señal válida para tomar decisiones en todo el planeta. Y en el caso de Europa las estimaciones son menos optimistas que en EE UU o Asia, y en España, menos optimistas todavía que en el resto de Europa. Por tanto, la clave que explica si la inversión en renta variable irá bien o mal está por descifrar enteramente.

Los analistas del mercado coinciden en que podría ser el ejercicio en el que mejor se comportasen las empresas más ligadas al ciclo y de tamaño mediano o pequeño, que ya en el tramo final de 2020 han escalado posiciones en la valoración al hilo de las expectativas que las vacunas expandieron por todo el mundo. Si en 2020 los inversores se refugiaron en las empresas de mayor tamaño por la capacidad de resistencia que tienen ante situaciones críticas, este puede ser el de las de capitalización más modesta, teniendo en cuenta que también tienen mayor maniobrabilidad ante los cambios de la demanda. Por ello prácticamente todas las gestoras acumulan títulos de empresas de estas características en sus carteras con la fe depositada en que será el año en el que se restablezca un crecimiento sostenible de la economía en todo el globo.

La publicación de los resultados en las próximas semanas será también una señal sobre su comportamiento en los últimos meses, así como una oportunidad para sondear cómo serán los siguientes. En todo caso, las grandes tendencias de la inversión seguirán sosteniendo las cotizaciones en paralelo a una recomposición de los precios de las compañías más cíclicas. Pero por encima de ambas consideraciones, el inversor particular debe ser muy selectivo y elegir empresas bien saneadas, con poca deuda, con buena cuota en su particular mercado, con equipos de gestión de profesionalidad probada y con remuneraciones regulares a los socios accionistas.

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