El número de sicavs cae a mínimos de 20 años por las amenazas regulatorias
Han cerrado 993 de estos vehículos de inversión desde su máximo en 2015
Hacienda va a dar la puntilla a las sociedades de inversión de capital variable (sicav). Los cambios regulatorios que se preparan están provocando el cierre y la conversión de decenas de estos vehículos, utilizados habitualmente por las grandes fortunas para administrar su patrimonio financiero. Su número ha caído a 2.434, un nivel que no se veía desde 20 años.
En su momento de máximo apogeo, en noviembre de 2015, llegó a haber 3.427 sicavs, que acumulaban un patrimonio de 35.428 euros. Desde entonces, han desaparecido cerca de un millar y el patrimonio acumulado se ha reducido un 23%, hasta los 27.600 millones de euros a cierre de 2020, según los datos facilitados por Inverco, la asociación de las gestoras de fondos.
¿Cuál es el cambio legislativo que está provocando esta oleada de cierres? Desde 2016 ha habido varios rumores sobre un mayor control de este tipo de vehículos, pero ahora parece que sí que se van a materializar. En concreto, el Gobierno quiere establecer que la inversión mínima por socio en una sicav sea de 2.500 euros.
Además, el control y supervisión de las sicav va a pasar de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a la Agencia Tributaria que será, en última instancia, quien decida si la Sicav puede aplicar el tipo del 1% o, por el contrario, debe tributar al tipo general de Impuesto sobre Sociedades del 25%
Además, es probable que también se imponga un porcentaje de participación mínima o máxima en las mismas para evitar que un solo socio o un grupo de familiar ostente la práctica totalidad de las participaciones. Hasta ahora, es muy frecuente que esto suceda: un particular o una familia es quien controla la inmensa mayoría de las acciones, y el resto, hasta llegar a los cien socios que se exige para tributar al 1%, tienen participaciones mínimas. Son los conocidos en la jerga como “mariachis”.
Figura en vías de extinción
A falta de que se conozcan los detalles definitivos, Hacienda ha avanzado que dejará un plazo transitorio para que los dueños de estos vehículos puedan adaptarse a la nueva regulación. En todo caso, la percepción generalizada en el sector de la banca privada es que la nueva regulación dejará herida de muerte a esta figura, y que poco a poco irán cerrando todas.
Realmente, la disolución no es la única salida para estos vehículos. Algunas se han logrado convertir en fondos de inversión, otras han iniciado los trámites para convertirse en sicavs de derecho luxemburgués, y también se baraja la posibilidad de transformarlas en una sociedad anónima o limitada. “Depende de varios factores: el volumen de patrimonio, el número de accionistas, la dispersión y, especialmente, el nivel de plusvalías o minusvalías acumuladas”, explica Marta Nimo, directora del departamento jurídico de Atl Capital.
Otra alternativa que están barajando las grandes gestoras es fomentar que entre las sicavs que gestionan puedan tener participaciones cruzadas, para alcanzar el objetivo de 100 socios con más de 2.500 euros. No obstante, solo siete grandes firmas (Santander, BBVA, Bankinter, CaixaBank, Sabadell, UBS y Credit Suisse) administran más de 100 gestoras y podrían tener capacidad para incentivar estas participaciones cruzadas.
Desde Inverco se recuerda que con estas operaciones, se puede producir a la postre una deslocalización de las inversiones. Cuando la sicav se convierte en sicav luxemburguesa, conlleva que hay muchos impuestos que deja de pagar aquí y que es más probable que no invierta tanto patrimonio en empresas españolas.
Los grandes beneficiados de esta reconversión son los despachos especializados y las firmas de auditorías. Muchas de ellas han creado equipos específicos para asesorar a los clientes y las gestoras sobre cuál es la solución ideal, para iniciar los trámites ante las autoridades pertinentes y para solicitar todos los permisos para la conversión o la disolución.