El colapso del transporte congela al resto de la economía
Avión, tren y autobús pierden unos 60 millones, mientras que la hostelería se deja 70 solo en Madrid
El tejido empresarial ha sentido el temporal de nieve y el inicio de la inmediata ola de frío como un puntillazo en plena crisis sanitaria, con especial daño en el transporte, comercio y hostelería en Madrid. El impacto económico real tardará días en calcularse, pero fuentes del sector de las infraestructuras apuntan a unos 60 millones en pérdida de ingresos, desde el mediodía del viernes, sólo entre los distintos modos de transporte.
“El fin de semana posterior a Reyes cerraba la operación retorno de unas vacaciones ya restringidas por el coronavirus. De no ser por la pandemia, las pérdidas se habrían disparado”, argumentan. El colapso ha arrastrado al resto de sectores, con la ralentización en la construcción o de industrias como la del automóvil. En la fábrica de PSA en Vigo, por ejemplo, se decidió cerrar el turno de noche ante la dificultad para la llegada de los trabajadores.
El aeropuerto de Madrid-Barajas ha sufrido 700 cancelacion desde la tarde del viernes
Según ha podido saber Cinco Días, solo en el aeropuerto de Madrid-Barajas se han visto cancelados 700 vuelos entre la mitad del viernes y las jornadas del sábado, domingo y lunes. Al margen de la parálisis en el interior de muy diversas ciudades, las grandes líneas de autobús con partida o destino en la capital se vieron retenidas y el tren se detuvo durante el fin de semana.
En hoteles y restaurantes, el colectivo Hostelería Madrid cuantifica en 70 millones los números rojos. Y en plena campaña de rebajas, el frenazo en los ingresos del comercio no hace más que apuntalar el golpe que ha supuesto la borrasca en la economía, a lo que se sumó el desabastecimiento en supermercados.
Ha sido esto, y no la cuantificación de los daños físicos, lo que animó a pedir la declaración de zona catastrófica para Madrid desde el Ayuntamiento o la confederación empresarial CEIM. Un extremo que, de momento, ha sido descartado por el Gobierno al no haber daños importantes “ni en bienes públicos ni en bienes privados”, explicó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
La vicepresidenta económica Nadia Calviño señaló que es “prematuro” plantear un fondo de ayudas para las zonas afectadas por el temporal de nieve e incidió, en una entrevista en la SER, en que la primera línea de apoyo corresponde a los seguros privados. Los representantes del Gobierno sí reconocen la emergencia.
El esfuerzo contra el hielo
El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, subrayó ayer que su departamento ha plantado cara al temporal con todos sus medios: más de 1.300 equipos quitanieves y 246.000 toneladas de fundentes, que ayer actuaban en Aragón, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Valencia, Extremadura, La Rioja y Madrid.
Entre el domingo y el lunes se han realizado más de 12.100 kilómetros de retirada de nieve, que se han completado con casi 30.000 kilómetros de tratamientos preventivos para minimizar el riesgo de que se generen placas de hielo.
Mínima movilidad
La borrasca Filomena puso en jaque las infraestructuras de transporte e hizo insuficientes los medios para restablecer la normalidad en la zona centro. El mayor aeropuerto del país, Madrid-Barajas, siguió funcionando ayer al ralentí, afectado por la regulación Rate Cero, según información de Eurocontrol.
Esta última refleja que la infraestructura está fuera de operación salvo para excepciones, como los vuelos que vienen cargados con las vacunas o los que conectan con destinos de larga distancia, que son excluidos de la restricción. Las terminales T4 y T4S estuvieron abiertas, así como dos de las cuatro pistas, a última hora de ayer trataba de sumarse la T1 con contados servicios. El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, declaró que la vuelta de las operaciones sería “gradual”.
Iberia, al 30%
La aerolínea con mayor tráfico en Madrid, Iberia, aspiraba a ofrecer ayer un 30% de los vuelos de corto y medio radio que tenía previstos. En la larga distancia, la compañía iba a salvar 11 de las 15 operaciones programadas.
Las limitaciones para volar se encontraban tanto en las pistas como en las zonas de aparcamiento de los aviones. Por ello, Iberia dio prioridad a los vuelos de largo radio y sus conexiones. Y ofreció máxima protección al avión procedente de Bruselas cargado con dos envíos de vacunas. Iberia ha tenido que alojar en distintos hoteles de Madrid a 600 clientes, al tiempo que ha gestionado las incidencias de otros 2.900 que fueron desviados a Canarias, Barcelona, Málaga y Valencia.
El tren vuelve primero
Durante el fin de semana uno de los objetivos de Transportes fue la reanimación de los servicios ferroviarios, mientras que continuaron los problemas en cientos de kilómetros de carreteras.
La red de Cercanías fue reactivándose en Madrid a lo largo de la jornada, y Renfe puso ayer en circulación el 72% de los servicios en media y larga distancia, lo que supuso tener sobre las vías 133 trenes.
La línea estrella de alta velocidad, Madrid-Barcelona, no funcionó hasta las 14,00 horas, mientras que los trenes a Levante y Andalucía partán con más de una hora de retraso.
El hielo dificultó el servicio desde Barcelona a la Cornisa Cantábrica, y a las líneas que enlazan Madrid con Zaragoza, Huesca, Pamplona y Logroño. Entre Pamplona y las ciudades de Madrid y Barcelona no estaba prevista la circulación hasta hoy martes.
Renfe tuvo a 2.000 personas trabajando durante el fin de semana para tratar de garantizar la movilidad en este arranque de semana.
El Metro se convirtió en Madrid en el modo más fiable ante el colapso del autobús. El cierre de los intercambiadores de Plaza de Castilla y Avenida de América, ambos en la capital, jugaron en contra de la red de grandes líneas de autobús, mientras que la Estación Sur tuvo afectada su conexión con la carretera de circunvalación M-30.
La DGT aconsejó que, en lo posible, se eviten los desplazamientos de particulares para no bloquear el paso de mercancías y servicios esenciales. Un total de 628 carreteras estaban afectadas por la ola de frío, la mayor parte en la red secundaria.