La búsqueda del desenlace para el Brexit penaliza la Bolsa europea
El Ibex 35 se aleja de los 8.300 puntos; la libra cae un 1%
Los mercados inician la semana con cierto desánimo, pendientes los inversores de cómo evolucionan las intensas negociaciones del Brexit entre el Reino Unido y la Unión Europea, que entran en una fase decisiva. Tras una apertura contenida, el nerviosismo se cuela en los mercados y lastra a las Bolsas y también a la libra, que cae un 1%. Londres y Bruselas buscan un acuerdo que evite un Brexit duro, pero, aunque no falta voluntad, las desavenencias no son pocas. El mercado también está atento a las nuevas tensiones entre EE UU y China y a la pandemia.
Las caídas han sido la nota predominante de la jornada en Europa, con la excepción del FTSE británico. El Ibex baja un 0,57%, situándose por debajo de la cota de los 8.300 puntos que superó el pasado viernes. El resto de parqués del Viejo Continente también registran caídas.
Dentro del selectivo español, PharmaMar lidera las caídas al bajar un 8,7%. Le sigue Santander, que cae un 4,75%. BBVA cede un 2,4%. IAG cede en torno al 2%. En el lado positivo destaca Siemens Gamesa con un alza del 4,1%.
"En los próximos días se sabrá si finalmente el Reino Unido y la Unión Europea (UE) son o no capaces de alcanzar un acuerdo para evitar un Brexit duro, escenario, este último, que, con las principales economías europeas atravesando por una profunda crisis, podría ser 'la puntilla' para las mismas", señalan en Link Securities. Por su parte, Renta 4 apunta que "pese a los avances de las últimas semanas, especialmente en cuanto al acceso de la flota pesquera europea a los caladeros británicos, continúan existiendo importantes desacuerdos sobre terreno de juego equilibrado y gobernanza, donde parece que hará falta un mayor compromiso político para desbloquear la situación".
Además de en el Brexit, el foco de más medio plazo está a la salida a la pandemia, es decir, en el proceso de inmunización a gran escala que pueda reactivar las economías occidentales. Mientras se esperan las vacunaciones en el Reino Unido, los ojos del mercado también están puestos en EE UU, que empieza a analizar esta semana el permiso para Pfizer, y que podría arrancar la campaña en días.
Esta semana también habrá reunión del Banco Central Europeo (BCE), una cita que ha generado elevadas expectativas. El mercado da por hecho más estímulos. Desde Link Securities, no están seguros de que las expectativas se vayan a cumplir y temen que los anuncios del organismo no sean bien recibidos por los mercados, "que podrían interpretar que el BCE ya no puede hacer más por la economía de la región".
Así, la buena racha del final de año está acompañada de sesiones en las que el mercado parece deseoso de encontrar motivos para vender y consolidar las ganancias. Es el caso de hoy, cuando los inversores se fijan también en elementos no tel todo novedosos como la tensión entre EE UU y China (Washington prepara nuevas sanciones contra altos funcionarios de Pekín, según Reuters) y el aumento de los contagios en EE UU, que han dado lugar a nuevos confinamientos en California.
Wall Street abre con descensos del 0,25%. En Asia la sesión ha sido estable, excepto en China (-0,8%) y Hong Kong (-1,7%), algo más afectadas por la situación geopolítica. La caídas en el continente han arrancado tras publicarse la información sobre las sanciones.
En el mercado de deuda, la rentabilidad del bono español a diez años baja al 0,05%. También caen la deuda británica a diez años, del 0,346% al 0,298%, y el bono estadounidense, hasta el 0,938%.
Javier Molina, de eToro, advierte de señales de euforia en el mercado, que, desde un punto de vista técnico, invitan a la prudencia para los inversores. “Esta situación donde el mercado acoge favorablemente, tanto las noticias buenas como las malas, nos debería situar en cierto grado de alerta ante un claro momento de euforia y codicia que domina el mercado”, explica. A su juicio, "hay distintas ratios que indican un posible agotamiento en el corto plazo".
El precio del petróleo se mantiene estable en los máximos de 49 dólares por barril, mientras que el euro empata en 1,213 dólares. Ambos son termómetros de la relativa confianza del inversor en la mejora económica.