Aernnova pierde 42 millones y anuncia despidos en sus centros de Álava y Sevilla
El ajuste en la planta vasca afectará a 100 trabajadores
Aernnova es otro de los proveedores de componentes aeronáuticos que está en pleno ajuste por el desplome de los vuelos de pasajeros en todo el mundo, un tráfico que tardará un lustro en volver a los niveles pre pandemia, según los analistas. Y eso contando con que la vacuna contra el Covid-19 estará disponible en 2021. Los más pesimistas atrasan la recuperación hasta 2029.
El grupo que preside Ignacio López Gandásegui ha perdido 42 millones en los nueve primeros meses del año. Con el balance en números rojos, Aernnova ha anunciado que recortará en un 22 % la plantilla de su centro de Berantevilla (Álava), lo que supondrá el despido de un centenar de trabajadores. Además, otros 68 empleados, el 15 % del total, irá a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (Erte) durante todo 2021. Y otro recorte afectará a sus instalaciones en Sevilla. Los datos se conocerán este jueves.
Además, la corporación también reducirá plantilla en sus filiales en México y Reino Unido, con recortes del 44 % y del 20 %, respectivamente. En el resto de las participadas "continuará tomando medidas para adaptarse a la nueva demanda". En el caso de la planta de Berantevilla, centrada en la fabricación de estructuras aeronáuticas, la caída de los pedidos ha sido del 37 %.
Con esta reordenación, Aernnova "busca su supervivencia" ante "la crisis sin precedentes que vivimos" que ha reducido en un 40 % su carga de trabajo. Los vuelos se cancelan y las aerolíneas han suspendido los pedidos de aeronaves para renovar sus flotas.
En los nueve primeros meses, Aernnova ha reducido su caja de tesorería en 70 millones para cubrir los gastos corrientes y los pagos a los proveedores. El pasado verano, la empresa anunció que el recorte de plantilla en todo el grupo será del 20 %, lo que supondrá la salida de 950 empleados.
Ricardo Chocarro, consejero delegado de Aernnova, ha señalado que "somos conscientes del impacto que se produce en las personas afectadas", pero la empresa, "al igual que el resto del sector, está obligada a defender su supervivencia, adecuándola a la nueva realidad del mercado para los próximos años".