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Fuentes del Silencio, el vino de la España vaciada que triunfa en el exterior

La bodega ha recuperado viñedos centenarios de León Al frente del proyecto se encuentran dos médicos

Miguel Ángel Alonso y María José Galera, propietarios de la bodega Fuentes del Silencio.
Miguel Ángel Alonso y María José Galera, propietarios de la bodega Fuentes del Silencio.

¿Qué puede motivar a dos médicos a dejar su profesión para montar una bodega en la España vaciada? “Mi mujer y yo hemos venido a veranear a León toda la vida. En los últimos años nos planteamos recuperar muchos viñedos que estaban muy viejos y se estaban perdiendo; se estaba abandonando un patrimonio espectacular”.

Así describe Miguel Ángel Alonso cómo surgió Fuentes del Silencio, una bodega de la que es fundador y propietario y que empezó a ver la luz en 2013 a orillas del río Jamuz, al sur de la provincia de León. El nombre obedece a la gran cantidad de reservas de agua que existen en la zona y que hicieron que en el pasado fuera conocido como el pueblo de las fuentes.

El proyecto se inició con la recuperación de viñedos, algunos de ellos centenarios. En la actualidad son 30 hectáreas divididas entre 130 y 140 parcelas a lo largo del valle. “La diferencia de alturas nos facilita la obtención de distintos tipos de vino”, matiza Alonso.

Se recogen a mano unos 2.000 kilos de uva por hectárea. “No somos un vino ecológico, pero sí empleamos una práctica ecológica, ya que no usamos productos químicos”, matiza su fundador. Para cada hectárea se necesitan unas 14 personas que emplean día y medio de vendimia; el mismo trabajo lo resuelve una máquina en dos horas y media.

El objetivo es incrementar la producción de botellas un 200% en cuatro años

En 2019, prácticamente su primer año de rodaje, tuvieron una producción de 33.000 botellas. La mayor parte viajó al exterior. El 60% se exportó a Estados Unidos –su mercado principal–, Canadá, Suiza, Reino Unido, Alemania, Japón, Australia y Singapur, principalmente.

Para este año las previsiones son llegar a 40.000 botellas y a 120.000 en 2024 (+200%), lo que supondría pasar a una facturación de un millón de euros frente a los 111.000 euros del pasado ejercicio.

“Nuestro objetivo es conseguir el mejor vino de España y llegar a 30 o 40 países para diversificar riesgo”, explica Miguel Ángel Alonso. “La pandemia nos ha afectado porque todos los países lo estamos sufriendo”. “Es una situación que nos disgusta, aunque no nos preocupa; sabemos que no es un problema de calidad de nuestro producto”, matiza.

Viñedo de Fuentes del Silencio en Herreros de Jamuz.
Viñedo de Fuentes del Silencio en Herreros de Jamuz.

El ‘hándicap’ español

Con respecto a la venta nacional (un 40% del total), comenta que “es muy difícil vender calidad en España”. “Tiramos a los precios bajos, a comprar vinos por 2 euros. En los países de fuera hay menos perjuicio en este sentido”, dice.

Con la recuperación de viñedos, Miguel Ángel Alonso y su mujer, María José Galera, también pretenden dar un impulso a la España vaciada. En el pueblo, Herreros de Jamuz, donde se encuentran las instalaciones de Fuentes del Silencio y adonde han trasladado su residencia, hay unos 40 habitantes y unos 1.000 en todo el valle.

La bodega ofrece una excursión al río Jamuz, donde se enseña cómo encontrar oro

“Las distancias ahora son distintas a como eran antes, Madrid está a tiro de piedra”. “No se trata solo de una recuperación de viñedos, es un revulsivo para la economía de la zona, marcada por una población envejecida y poca actividad comercial”, apunta Alonso. Este proyecto emplea a un grupo de jóvenes que pueden establecer su vida en la zona si así lo desean.

Fuentes del Silencio también está unido a la cultura y el ocio. La bodega ofrece dos tipos de excursiones a sus visitantes. Una de ellas está dedicada a descubrir los viñedos durante un paseo por el valle, en el que se explican las características de la producción con la historia del terreno y que finaliza con una cata. La otra está más centrada en el bateo de oro en el río. “A veces se encuentra”, dice Miguel Ángel Alonso.

Lo que en la actualidad es un valle rodeado de viñedos era una antigua explotación de oro en tiempo de los romanos. Dicha labor de minería se realizó muy superficialmente y apenas modificó el paisaje y la viticultura; en la actualidad se mantiene sobre los mismos terrenos que la antigua mina.

Instalaciones de la bodega en Herreros de Jamuz.
Instalaciones de la bodega en Herreros de Jamuz.

La jornada finaliza con una visita a una pequeña exposición de vasijas antiguas y de reproducciones de objetos romanos que se acompaña con una cata.

Fuentes del Silencio es miembro de Grandes Pagos de España, asociación de productores que “defiende la singularidad de cada terreno como elemento indispensable en la expresión particular de cada vino”. Dicha asociación realiza una fuerte apuesta por la sostenibilidad al considerar “los recursos naturales como la base de la viticultura”.

La singularidad de los terrenos

Especies. La empresa californiana Biome Makers ha certificado “la excepcionalidad microbiana” de la bodega Fuentes del Silencio, por contar con la mayor diversidad entre más de 600 suelos de España, Italia y Estados Unidos. Se han identificado 959 especies en el terreno.

ADN. José Vouillamoz, el genetista vitivinícola suizo con gran prestigio mundial, realizó un análisis con muestras de ADN de los viñedos de Fuentes del Silencio para identificar el origen de las variedades de las distintas uvas. A través del estudio se identificó gran negro, de procedencia gallega, y doña blanca, de la Ribeira Sacra, Extremadura y Castilla y León.

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