El Banco de España alerta: los ERTE pueden no ser idóneos si la crisis se alarga y necesita ajustes laborales
La patronal de ETT cree que la caída del empleo se duplicará en noviembre y diciembre por las restricciones adoptadas ante la segunda ola de la pandemia
El ministerio de Trabajo, las empresas y los sindicatos arrancaron ayer una nueva negociación para estudiar las próximas condiciones de renovación de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) a partir del 31 de enero. En este escenario ha irrumpido hoy el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, lanzando una advertencia: los ERTE, aunque han servico para mantener una elevada cantidad de empleo, podrían no ser la herramienta más “idónea” si la crisis se alarga y las empresas o sectores necesitan reestructurarse y hacer ajustes laborales.
Con este mensaje el responsable del Banco de España apunta a la necesdidad de que hagan falta otro tipo de medidas para salvar a las empresas viables y no mantener vivas artificialmente las que no lo son a través, por ejemplo, de los ERTE. Aunque no las citó, entre estas posibles medidas estaría una ampliación del periodo de amortización de los créditos ICO a las empresas o una agilización de la normativa concursal.
En estas circunstancias, Arce ha asegurado que es crucial “evitar la descapitalización” de los trabajadores suspendidos por ERTE mediante el “uso intensivo” de las posibilidades que introdujo el decreto que prorrogaba este instrumento hasta el 31 de enero. En concreto, se ha referido a la posibilidad recogida en la norma de compaginar el cobro de la prestación por desempleo con la realizaciónn de un trabajo a tiempo parcial no afectado por medidas de suspensión y a la consideración de los trabajadores afectados por ERTE como colectivo prioritario para el acceso a las iniciativas de formación para el empleo.
El responsable del Banco de España ha enmcarcado estas advertencias en la información de indicadores más recientes que maneja este organismo y que “parecen apuntar a una interrupción de la recuperación de la actividad” económica por la segunda ola de la pandemia. Eexplicó que la crisis está teniendo un impacto “acusado” sobre el empleo (la afiliación a la Seguridad Social sin contar los ERTE llegó a ser en mayo un 20% inferior a un año antes y la tasa de paro seguirá en niveles elevados en 2021 y 2022).
En este punto destacó que “el retroceso de la afiliación ha sido particularmente intenso entre los trabajadores temporales y entre los más jóvenes”. Por ello, empezó nombrando la excesiva dualidad del mercado de trabajo como uno de los pincipales problemas que tiene que atajar España.
Según ha destacado Arce esta marcada dualidad contractual entre temporales y fijos aumenta la desigualdad en períodos de crisis al favorecer el ajuste vía empleo y horas trabajadas de los trabajadores temporales; reducir los incentivos a la formación en los contratados eventuales; y no favorece el incremento de productividad de los indefinidos.
Ante esto, defendió una revisión de los mecanismos de protección al empleo “para alcanzar un reparto más equitativo de la protección entre trabajadores” e insiste en la necesidad de favorecer los instrumentos de flexibilidad interna empresarial como mecanismo alternativo de ajuste del mercado de trabajo. No ha citado ninguno de esos instrumentos pero básicamente la cartera de flexibilidad interna está formada por ajustes salariales o de reducción de jornada.
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