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Elecciones EE UU

Trump, sin intención de asumir la derrota: su equipo insiste en que ganará

La campaña del presidente dice que las proyecciones de victoria de Biden son falsas

AP

El aún presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no tiene intención de aceptar su prácticamente asegurada derrota en las elecciones presidenciales. Pese a haberse visto superado en los estados clave de Pensilvania y Georgia, y de ir por detrás en Nevada y Arizona, el equipo de campaña ha emitido un comunicado en el que insiste en las acusaciones de fraude y en una eventual futura victoria.

"Esta elección no ha terminado. La falsa proyección de Joe Biden como ganador se basa en resultados en cuatro estados que están lejos de ser definitivos", dijo el consejero general de la campaña de Trump, Matt Morgan, en un comunicado recogido por la CNN. Para ganar, Trump debe dar la vuelta al resultado en Pensilvania (donde marcha 6.000 votos por detrás y quedan por recontar 130.000, muchos de ellos de zonas urbanas), Georgia (la ventaja de Biden es de apenas 1.000 votos pero el escrutinio está casi agotado), y Arizona, donde Biden tiene también ventaja.

"Georgia se dirige a un recuento, donde estamos seguros de que encontraremos votos mal cosechados, y donde el Presidente Trump finalmente prevalecerá", indica el comunicado. "En Pensilvania se produjeron muchas irregularidades, En Nevada, parece que hay miles de personas que votan por correo de forma inapropiada. El Presidente está en camino de ganar Arizona  a pesar de la irresponsable y errónea 'llamada' del estado a Biden por parte de Fox News y la Associated Press".

Trump no ha hablado desde anoche cuando, en una volcánica intervención, reiteró su proclamación como ganador de las elecciones. Y ha acusado al Partido Demócrata de estar llevando a cabo "un fraude masivo", por lo que ha avanzado que acudirá a los tribunales. "Haremos una litigación masiva. Probablemente esto termine en la Corte Suprema", ha afrimado Trump. Por el momento, los tribunales de Georgia y Michigan han rechazado las alegaciones de los republicanos, mientras que en Pensilvania han dado el visto bueno solo a que delegados republicanos puedan presenciar el recuento.

En el contexto actual, además, las llamadas de Trump y sus seguidores a paralizar el recuento perjudicarían al presidente, puesto que va por detrás en cuatro de los cinco estados clave.

En todo caso, él insiste en que tiene "muchas pruebas" del fraude electoral, si bien no ha ido más allá. Ha acusado a "una corrupta red demócrata" de, entre otras cosas, realizar el recuento a escondidas e introducir votos falsos. Considera que el Partido Demócrata cuenta con el apoyo económico, de los medios de comunicación y las tecnológicas para producir este supuesto frude.

"Solo debe contar el voto del día de las elecciones", ha afirmado Trump. No obstante, se ha mostrado confiado en ganar Arizona, actualmente en manos demócratas, y donde precisamente ahora se está computando el voto por correo.

La estrategia de cuestionar el voto por correo no es nueva. Trump lo lleva diciendo en los últimos meses, dado que se esperaba que por el miedo a la pandemia los demócratas recurriesen masivamente a esta fórmula. Así está demostrando en los últimos compases del escrutinio, donde los demócratas están obteniendo más del 90% de los sufragios.

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