El epicentro de la creciente inversión en pymes
Sería deseable contar con vehículos específicos para invertir en ‘small’ y ‘micro caps’ que fuesen accesibles a los minoristas
España es un país de pymes. Por eso, el desarrollo de BME Growth, la Bolsa de las pymes, es trascendente para la economía española. Sobre todo, en un momento tan delicado como el actual, con la crisis del Covid-19. El sello europeo de SME Growth Market concedido a este mercado, antes llamado MAB, le aportará una mayor internacionalización, lo que contribuirá a aumentar la creciente diversidad de inversores que confían en las empresas de este mercado de BME, una tendencia que se venía observando y que debe continuar.
En noviembre del año pasado, Holaluz, una de las compañías más importantes de BME Growth anunció una fuerte sobredemanda en su colocación y, sobre todo, la participación de más de 120 inversores. De ellos, un 44% extranjeros, procedentes del Reino Unido Francia o los países nórdicos. A ello se sumaban inversores institucionales españoles, fondos de inversión o de pensiones, family offices y algunas cuentas importantes de banca privada.
Recuerdo bien que en los inicios de este mercado la situación era muy diferente. Hablando con el presidente de una de las primeras compañías en incorporarse le intentaba convencer de que dedicarse algo de tiempo y recursos a la tarea de la relación con los inversores. Él, socarrón, me respondía, “¿relación con inversores?, pero ¿qué inversores?”. Y no le faltaba razón, hubo un momento muy inicial de este mercado en que la búsqueda de inversores era casi misión imposible. Afortunadamente, todo esto ha cambiado de forma radical. Las empresas que se acercan a BME Growth pueden contar hoy con un abanico mucho más amplio de potenciales accionistas.
Más de 180 inversores institucionales están presentes en empresas de este mercado, según Nasdaq IR Insight. Solo en la última ronda de contactos entre empresas e inversores profesionales en el Foro MEDCAP, celebrado el pasado mes de mayo, 73 de ellos mantuvieron más de 200 reuniones con empresas de BME Growth.
Hay una creciente implicación de fondos de pensiones como Geroa; compañías de seguros, como Caser o Mapfre; o gestoras de fondos de inversión especializados en small caps, como Santander, Bankia, Andbank u Horos. También un número creciente de family offices, con una visión de largo plazo y con interés en la gestión de las compañías en las que invierten. Es el caso de Onchena o Indumenta Pueri (Mayoral).
Por supuesto, a estos inversores institucionales que crean tendencia, se les suman numerosos pequeños inversores que con sus operaciones contribuyen a generar mayor liquidez en los valores en los que están presentes. Este cambio en el paisaje inversor señala el buen camino, pero está lejos de ser suficiente. Queda un largo tramo por recorrer y la concesión del sello europeo como SME Growth Market será un gran impulso para conseguirlo.
La inversión en small caps y aún más en micro caps precisa de un perfil de inversor muy especializado. Son inversores con profunda capacidad de análisis para compensar la falta de informes por parte de brokers tradicionales, casi ausentes en este tipo de valores, sobre todo desde la implantación de MiFID II. Se necesita un compromiso de medio y largo plazo en la inversión. Es muy difícil invertir con éxito en este tipo de compañías si se tiene una visión cortoplacista de su plan de negocio y su desempeño.
En este nivel de especialización lo ideal sería contar con vehículos específicamente dedicados a la inversión en este tipo de compañías. Para ello, lo más sencillo sería contar con vehículos de inversión cerrados, esto es, que no ofrezcan reembolso inmediato, sino que exijan un compromiso de permanencia coherente con el horizonte temporal de inversión del vehículo. También hay fondos de inversión convencionales que dedican una parte de sus carteras a estos valores. Sin embargo, la normativa limita notablemente su capacidad, al exigir un alto grado de liquidez para la mayor parte de su cartera.
En nuestra legislación, los vehículos cerrados están vinculados sobre todo con instrumentos de capital riesgo. De hecho, hay cada vez más entidades de capital riesgo que seleccionan para sus carteras valores que están cotizando en BME Growth. Inveready, por ejemplo, ha hecho de esta estrategia un modelo de éxito. Otros fondos de capital riesgo propician la salida al mercado de empresas que previamente estaban en su cartera, haciendo líquida parcial o totalmente su posición a través de la oferta pública inicial.
Lamentablemente, la legislación actual impide que estos vehículos se ofrezcan a inversores minoristas. Solo inversores de alta renta o profesionales pueden participar en ellos. Esto no es así en otros países de nuestro entorno y merece, sin duda, una reflexión si se pretende, como desde la Comisión Europea repiten con insistencia, dar entrada a los pequeños inversores en los mercados de valores.
La participación de instituciones públicas en este tipo de vehículos, a caballo entre el mundo privado y el mundo de la cotización pública, es una tendencia que comienza a observarse en Europa y resulta muy conveniente para impulsar el desarrollo de los mercados de pymes. Son los llamados fondos cross-over, que mantienen en su cartera valores cuyo objetivo, a plazo más corto que largo, es terminar financiándose en los mercados de pymes, junto con otros valores que ya están cotizando en estos mercados.
De hecho, ya hay una iniciativa anunciada por la Comisión Europea, denominada European IPO Fund, en la que habría fondos públicos comprometidos para invertir durante el año próximo en empresas que quieran salir a los mercados de pymes (SME growth markets). En nuestro país, el ICO ha sido abanderado y pionero en esta inversión público-privada con su iniciativa Fondico global, pilotada desde Axis, y ya ha anunciado su interés en impulsar en España también estos vehículos cross-over que saquen sus empresas a la bolsa de las pymes.
Todas las medidas encaminadas a promover la inversión en BME Growth, la Bolsa de las pymes, repercutirán de forma positiva en la creación de empleos, el fortalecimiento del tejido empresarial y, en definitiva, la economía española.
Jesús González Nieto es Director gerente de BME Growth