Imserso: salud y turismo gracias a las agencias de viajes
El programa se anuló de un día para otro sin que la Administración retribuya a las empresas el trabajo realizado previamente
El turismo desde sus orígenes siempre ha estado vinculado al bienestar y a la mejora de la salud; siempre ha habido una vinculación directa entre ambos y muchas personas han realizado viajes a lo largo del tiempo con el único objetivo de buscar lugares saludables que contribuyeran a mejorar su calidad de vida.
Es indiscutible la contribución de los viajes a la reducción del estrés y por eso mismo muchos viajeros han ido en busca de sitios para la relajación, desde confortables resorts en lugares paradisíacos, hasta extravagantes clínicas de relajación a la que acudían algunos famosos a efectuar terapias de adelgazamiento e incluso desintoxicación.
De hecho, uno de los segmentos del turismo que más ha crecido en los últimos años es el de los balnearios y es lógico porque son muchas las ventajas de desplazarse a un balneario para relajarse y mejorar la salud mediante las propiedades minerales del agua, con tratamientos personalizados que sin duda y desde tiempo de los romanos contribuyen a la mejora de la calidad de vida y el bienestar.
Cada vez más hoteles incorporan a sus lujosas instalaciones de ocio una parte importante destinada para la salud y el bienestar, que denominan spa y que nada tiene que ver con los balnearios y con las propiedades de las aguas termales, minerales y medicinales, pero que es cierto que también ofrecen unos tratamientos efectivos con técnicas de masajes, tratamientos y todo tipo de duchas, saunas, piscinas y jacuzzis donde se pasan unos días maravillosos de descanso y relajación.
Conscientes de todos estos beneficios y con el objetivo de mejorar la salud de nuestros mayores, en España se organizaron hace 30 años ya los famosos viajes del Imserso, que fueron desarrollados por el Ministerio de Sanidad y la Secretaría de Estado de Asuntos Sociales, como fórmula de mejora de la salud y la calidad de vida de nuestros mayores, mediante un sistema organizativo que complementaba este gran beneficio social con otros de carácter económico, contribuyendo a la rehabilitación de las zonas turísticas en temporada baja, dotando de actividad comercial a la hostelería y el comercio de determinadas zonas sin actividad y permitiendo generar algunos ingresos también a algunas agencias de viajes en un periodo de poco movimiento.
El Estado, con la dotación de estas más de 900.000 plazas en los que simplemente aporta una pequeña subvención por plaza y recauda casi tres euros por cada uno que aporta mediante impuestos, creación de empleo, gasto de los viajeros e incluso ahorro en cuidados sanitarios, porque está demostrado que los mayores cuando viajan enferman mucho menos y no requieren de tantas atenciones en consultas y visitas a los hospitales y servicios médicos.
En este programa, es indispensable la doble tarea que hacen las agencias de viajes, por un lado mediante la planificación, contratación y logística del programa que realizan las dos empresas concesionarias del programa y, por otro lado, la labor de distribución que realiza una red profesional de agencias, formada por más de 5.000 puntos de ventas que distribuyen este producto en primera línea con los mayores, explicando sus características y facilitándoles todas las gestiones de reserva e información del programa.
Sin querer entrar en valoraciones sobre la decisión de suspender los viajes, lo que sí resulta paradójico es que un programa elaborado por las autoridades sanitarias para la mejora de la salud de nuestros mayores, sea precisamente en una crisis sanitaria cuando se decida suspenderlos por la vulnerabilidad de este grupo de personas, pero ciertamente es lo que ha pasado con unas consecuencias muy considerables para los empresarios del sector que tenemos que asumir unos grandes perjuicios económicos.
La labor de las agencias de viajes en la cancelación del programa ha sido ejemplar; de un día para otro y sin previo aviso, se decidió cancelar el programa teniendo que traer desde sus destinos a casi 70.000 personas y se hizo de una manera ejemplar por parte de las dos empresas concesionarias, que actuaron con una eficacia y diligencia digna de admiración y de toda la red de agencias de viajes, que dieron a sus clientes un servicio espectacular de información y asistencia a pesar de que la dirección general del Imserso decidiera que no tenían derecho a su retribución, ni por las gestiones de venta del programa, ni por el doble trabajo de información, gestión y cancelación de los miles de plazas que tuvieron que cancelarse, menospreciando así una tarea indispensable y un trabajo profesional muy laborioso que las autoridades decidieron que no debería ser retribuido sin que todavía entendamos por qué.
Tengo muy claro que este programa sería inviable sin el trabajo de las agencias de viajes: es indispensable la labor de las empresas que se encargan de planificar, contratar y elaborar los paquetes para la comercialización del programa y es esencial la red de distribución profesional de las agencias de viajes, que hacen un trabajo fundamental en la información, la comercialización, la distribución y la venta del programa y su trabajo debe ser remunerado de una forma justa y a un precio equivalente a su aportación cuando el programa se reanude después del verano de 2021.
Carlos Garrido de la Cierva es presidente de CEAV