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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un mercado con oportunidades para el capital extranjero

El interés de los hedge funds por las empresas españolas se debe no solo a que su cotización está por debajo de su valor real, sino al sólido perfil de su negocio

CINCO DÍAS

Pese a la debacle económica desencadenada por el Covid-19 y las oscuras previsiones macro que afronta España, entre las que se incluyen una caída del PIB superior al 12% este ejercicio, los inversores internacionales siguen encontrando oportunidades de inversión entre el tejido empresarial español. Desde que comenzó el gran confinamiento decretado por el Gobierno, los grandes fondos como T. RowePrice, Invesco, Citadel, BlackRock, Norges Bank, Crédit Agricole, Mubadala o Marshall Wace se han hecho con participaciones en compañías españolas por valor de 4.000 millones de euros, según consta en el registro de la CNMV. Entre las empresas elegidas, que representan sectores muy heterogéneos, desde la tecnología, las infraestructuras y la energía hasta la banca, el inmobiliario o las aerolíneas, figuran nombres como Amadeus, Sabadell, Bankia, Cellnex, IAG, Renta Corp., Solaria o Enagás, entre otros.

Aunque los bajos precios del mercado constituyen un factor clave a la hora de decidir aumentar el peso de los activos en las carteras, el interés de los hedge funds por las empresas españolas se debe no solo a que su cotización está en buena parte de ellas muy por debajo de su valor real, sino al sólido perfil de negocio que ofrecen, en muchos casos diversificado internacionalmente y con un potencial de crecimiento que va más allá del tormentoso horizonte que dibuja la pandemia. Ello explica que junto a participaciones en empresas que han crecido en ingresos o han realizado adquisiciones, como Solaria, que se dispara un 162% en Bolsa en el año, o Cellnex, que ha ampliado capital por 4.000 millones, los fondos hayan tomado posiciones también en valores especialmente castigados por la pandemia, como Amadeus, IAG o Sabadell.

En un intento de proteger a las empresas de operaciones especulativas por parte de inversores internacionales aprovechando la debacle bursátil provocada por la crisis, el Gobierno aprobó hace unos meses una suerte de escudo de inversión que obliga a solicitar autorización al Ejecutivo en la toma de participaciones superiores al 10% en el capital de una compañía. Pese a esa limitación, que nació con una justificación coyuntural y sorprendentemente ha pasado a hacerse permanente,

nstancias actuales, un mercado con oportunidades de crecimiento empresarial y atractivo para el dinero foráneo.

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