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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Apostar por los jóvenes, el futuro de España

Necesitamos incentivar la contratación indefinida en este segmento utilizando los fondos que nos ha concedido la UE

Por los jóvenes hemos de estar dispuestos a soportar cualquier contratiempo y fatiga” es una frase que se atribuye a san Juan Bosco y que, en estos tiempos tan aciagos, rebosa de actualidad.

El paro entre los menores de 25 años, en camino de convertirse en endémico, constituye la otra gran epidemia en España. Actualmente alcanza las 345.825 personas. Y los datos de la agencia estadística comunitaria Eurostat no pueden resultar más demoledores, ya que sitúan la tasa de paro de los jóvenes españoles en el 43,9%; es decir, más del doble que en el conjunto de la UE (17,6%) y la zona euro (18,1%). En este contexto, tras rebajar sus perspectivas económicas, el Gobierno ha presentado el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española: una guía que marca la hoja de ruta a seguir para acceder a los 140.000 millones de euros y que, en los próximos tres años, podría contribuir a crear 800.000 empleos.

Prometer, promete, pero hay que materializarlo. Y es que se trata de un plan ambicioso que puede contribuir a recuperar la salud económica previa al estallido de la crisis sanitaria y que obliga a materializarlo adecuadamente con una conveniente implementación de las medidas.

En cualquier caso, el uso de los fondos europeos no debería desatender uno de los principales frentes de batalla: la lucha contra el paro juvenil. Los menores de 25 años fueron los más golpeados por la anterior crisis económica. Y ahora, en plena pandemia, hay que apostar por ellos y no dejarles de lado.

En España tenemos jóvenes ni ni ni. O lo que es lo mismo, jóvenes que ni tienen trabajo, ni lo buscan, ni lo quieren. Por la desazón, el desánimo y la situación en la que nos encontramos.

Frente a ello, desde nuestro organismo proponemos incentivar la contratación indefinida de jóvenes con los fondos europeos concedidos para la reconstrucción del país. En concreto, sugerimos llevar adelante la recuperación en dos etapas para hacer frente a la crisis provocada por la actual pandemia.

La primera pasaría por impulsar la conversión de contratos temporales mediante acuerdos colectivos para conseguir una estabilidad de la población asalariada joven mayor que la de 2019. La segunda, por promover una contratación inicial más estable, incluso modulando los requisitos para el acceso a financiación o recursos procedentes de los fondos europeos.

Pero el informe está repleto de medidas. Entre ellas, también destaca la transformación de la Garantía Juvenil para hacerla de carácter permanente, en vez de coyuntural, y reducir el desempleo estructural de los jóvenes. En este marco, resulta urgente que el Consejo Europeo concrete y desarrolle los mecanismos de refuerzo de este instrumento.

Respecto al marco español, deben priorizarse las actuaciones de formación, teniendo en cuenta la brecha existente entre la cualificación de los jóvenes y las principales demandas de las empresas en el mercado laboral, cada día más relacionadas con la revolución tecnológica y digital.

Pues bien, el nuevo Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia se orienta sobre cuatro ejes de transformación y diez palancas de trabajo. Entre estas palancas se encuentra la educación, que concentrará el 18% de los recursos e incluirá un refuerzo de la FP. Y precisamente nuestro Informe señala la importancia de elevar el número de personas graduadas en FP, para lo cual es necesario tanto impulsar la elección educativa por estas enseñanzas como que una mayor proporción de alumnado finalice las mismas, fortaleciendo el aprendizaje de los estudios profesionales en aras de hacerlo más eficiente, de calidad y adaptado al entorno productivo.

De igual modo, ante la concentración que se observa en determinadas familias profesionales, conviene indagar y actuar en las etapas educativas previas sobre las causas que inciden en la menor elección de determinados estudios de contenido científico y tecnológico, y sobre los factores que contribuyen a reproducir la segregación y segmentación por sexo en la elección de los campos formativos.

Porque las alarmas han empezado a sonar. Y mientras miles de empresas no encuentran los trabajadores que buscan, miles de personas no encuentran los trabajos que quisieran realizar. De ahí, la necesidad de elevar el número de personas graduadas en FP y de dedicar más esfuerzos a optimizar la calidad del sistema educativo y de aprendizaje.

Por otra parte, teniendo en cuenta que la dotación presupuestaria prevista para el Plan de Choque por el Empleo Joven para el periodo 2019-2021 puede quedar comprometida como consecuencia de la crisis sanitaria y económica, urge protegerlo y blindarlo en aras de mantener toda su vigencia y de reforzarlo para abordar también las consecuencias de la crisis actual sobre la población joven; en tanto en cuanto ha supuesto contar por primera vez con un instrumento de empleo integral y coherente destinado a los menores de 25 años.

En definitiva, las políticas de empleo, sobre todo las activas, han de evaluarse adecuadamente mediante el diálogo con los interlocutores sociales para poner en marcha medidas eficaces y coherentes. Medidas urgentes que deberían conformar el eje central de la política, puesto que de ellas, a la postre, dependerá el futuro social y económico de España.

Porque, en efecto, “por los jóvenes hemos de estar dispuestos a soportar cualquier contratiempo y fatiga”. 

Pedro C. Fernández Alén es Presidente en funciones del CES

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