Amenazar con romper puede acabar con el bloqueo de Atlantia
La venta de su unidad de autopistas sigue enfrentando a los Benetton con Roma
Los Benetton tienen una última carta que jugar en su aparentemente interminable disputa con el Gobierno italiano. Su grupo de infraestructuras Atlantia se enfrenta al primer ministro, Giuseppe Conte, por la venta de su unidad de autopistas, dañada por la crisis. Escindir la división, aunque complejo, puede llevar a Roma a negociar.
Cediendo a la intensa presión del Gobierno, Atlantia acordó en julio vender la filial Autostrade per l’Italia (ASPI) para evitar la amenaza de perder la franquicia de carreteras tras el colapso mortal de un puente en Génova en 2018.
El acuerdo también preveía una penalización de 3.400 millones de euros, inversiones adicionales de 14.500 millones y un tope más bajo en los incrementos anuales de las tarifas. Los magnates de los aeropuertos y los jerséis, que poseen el 30% de Atlantia, dijeron que cortarían todos los lazos con la unidad de autopistas.
Sin embargo, los dos lados se enfrentan desde entonces por los detalles y el precio de la venta. Roma se niega a resolver la disputa a menos que Atlantia venda una participación de control en ASPI al inversor estatal Cassa Depositi e Prestiti (CDP). Tal proceso sería opaco y podría llevar a un precio a la baja.
Atlantia está considerando seguir adelante con la distribución de su participación del 88% en ASPI directamente a los accionistas. Eso separaría el resto de los activos de Atlantia, que incluyen una participación del 50% en el operador de carreteras español Abertis, de la cuestión legal italiana y obligaría a CDP a pagar un precio de mercado transparente por cualquier acción de ASPI.
Hay riesgos. Desvincularse de ASPI con la disputa gubernamental aún sin resolver podría resultar en un precio alicaído. Mediobanca considera que la participación del 88% de Atlantia tiene un valor de 8.000 millones de euros, después de tener en cuenta las penalizaciones, la pandemia y la disminución de las subidas de las tarifas, y valora el total de los fondos propios del grupo en 15.000 millones de euros.
La actual capitalización bursátil de Atlantia, de solo 11.000 millones de euros, sugiere que los inversores están descontando de forma importante el negocio de las autopistas. Por otro lado, una ruptura podría reforzar la mano de ASPI, ya que el Gobierno podría estar menos dispuesto a perjudicar a un negocio puramente italiano.
La deuda también podría ser un problema. Dado que Atlantia garantiza unos 5.000 millones de euros de los 9.000 millones en bonos de ASPI, tendría que convencer a los acreedores de que acepten la pérdida de esa garantía, un proceso potencialmente largo y costoso.
Sin embargo, seguir adelante parece valer la pena. Frente a una alternativa creíble y transparente, el Gobierno puede estar más dispuesto a hacer un trato. Amenazando con una ruptura, Atlantia puede incitar a Roma a hacer las paces.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías