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Motivos para emprender en entorno rural de una emprendedora rural

Entrevista con Juanate Gil, fundadora de un negocio rural en el pueblo menos habitado de la isla de Gran Canaria.

Emprender un negocio es difícil. pero hay sectores que lo tienen más o menos complicado. hoy queremos centrarnos en la lucha por el cambio climático, en el entorno rural a la hora de emprender. Para ello, hemos entrevistado a Juanate Gil, fundadora de un negocio rural en el pueblo menos habitado de Gran Canaria para que nos de su punto de vista al respecto.

¿Cómo empezaste este proyecto?

Soy una mujer inquieta y con muchas ideas en mi cabeza, lo que empezó como un proyecto de trasladar el coaching a la naturaleza, sacarlo de los despachos, acabó convirtiéndome en una hacedora de sueños. Todo el mundo necesita hoy en día tomarse un respiro y disfrutar del medio ambiente en estado puro. En definitiva, sanarse de tanta polución, negatividad, y comida basura. Mi pueblo natal me daba las respuestas que en la ciudad no encontraba: aire puro, cero estrés, productos de calidad y sin aditivos artificiales. Todo iba fluyendo y cada día aparecían nuevos retos y nuevas necesidades a cubrir.

¿Estabas sola o lo emprendiste con alguien?

Estaba sola. Había tocado fondo. Con la crisis del 2008, pasé de ser ejecutiva de una compañía del sector servicios a verme sin trabajo y casi sin dinero. Lo pasé muy mal, pero me repuse y decidí volver al pueblo del que procedía y donde tenía una casa. Tuve que renacer de las cenizas, reinventarme y comenzar de cero, con 35 céntimos en el bolsillo. Los inicios fueron muy duros, y aunque mis esfuerzos caían en saco roto, cada día me volvía a levantar. Decidí que si yo no apostaba por mí no podía esperar que nadie más lo hiciera. ¡Y aquí estoy!

¿Cómo es tener un negocio de estas características?

Mi negocio ha ido evolucionando. Empecé sola, pero a día de hoy he adquirido una gran responsabilidad con mis empleados. Regentar una empresa en Artenara te obliga a trabajar duro para que la población local pueda echar raíces y deje de despoblarse el pueblo menos habitado de Gran Canaria. Se ha convertido en algo apasionante, donde confluye la economía circular y el equilibrio entre naturaleza, sector primario y turismo. Es vivir la filosofía km 0 combinada con el slow food, experimentar el home restaurant donde unes naturaleza y esencia en estado puro, en un ambiente amable, amigable y tremendamente casero, es volver a la casa de los abuelos.

¿Crees que se facilita el emprendimiento en entornos rurales?

Desde luego que no.....si emprender es, muchas veces llorar, cuando ese emprendimiento lo quieres desarrollar en entornos no urbanos, la apuesta es de doble riesgo. No solo luchas para poder pagar y mantener los puestos de trabajo. Luchas contra normas impuestas, leyes obsoletas, burocracia, la lejanía, la carestía de la materia prima, la doble insularidad (ser una isla dentro de otra isla). En teoría todo el mundo opina que trabajar en favor de esa economía de kilómetro cero es apostar por el territorio, pero cuando llega el momento siempre hay otros parámetros que pesan más, desafortunadamente.

¿Qué consejos darías a un emprendedor que quiere crear su negocio en un entorno rural?

Tiene que prepararse para una carrera de fondo muy hostil, debe diversificar su proyecto para crear venta cruzada con diferentes productos o servicios que se complementen. A veces estás tan feliz con lo que haces, que no te das cuenta si es rentable o no, así que debes también dedicarle tiempo, esfuerzo e inversión a producir lo que el público te demande. Te voy a dar un ejemplo: comencé haciendo mermeladas caseras de la fruta que yo misma producía, pero solo de las mermeladas no podía vivir. Así que empecé a escuchar y atender las necesidades de los clientes. Pero al mismo tiempo intentar tener una oferta única, diferente a la competencia. Tienes que vender esencia e identidad, etnografía y sobre todo autenticidad.

Según tu experiencia, ¿cómo crees que se puede dinamizar el emprendimiento de nuevo para reactivar la economía?

Debemos apoyar al sector primario. Si algo hemos aprendido es que sin comida no sobrevivimos. El agricultor, ganadero, pescador, artesano...debe tener un papel preponderante en nuestra sociedad y poder sobrevivir con su trabajo. Hay nichos de mercados por cubrir, porque no son rentables, pero sin embargo son altamente necesarios para la sociedad. Además hay que agilizar y reducir los trámites burocráticos. No poner todos los huevo en la misma cesta (diversificar) y apostar decididamente por las energías renovables, y por tanto enfocar la formación hacia este nuevo horizonte mundial.

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