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Resultados

Freixenet cerró en 2019 el mejor ejercicio de la última década

Ganó 12,4 millones merced a un alza de ventas y desinversiones

 Imagen de la sede de Freixenet.
Imagen de la sede de Freixenet.

El grupo Freixenet cerró el pasado año con un importante crecimiento de su cifra de beneficios. Según el balance del fabricante de cavas y vinos catalán, la actividad de sus operaciones le reportaron un total de 12,4 millones de euros de beneficio neto que los accionistas decidieron que fueran a engrosar sus reservas íntegramente.

La cifra supone un importante crecimiento respecto a los resultados positivos que cosechó en 2018, que el mismo documento citado, cifra en 7,9 millones de euros. Y todo ello con unos ingresos globales en 2019 de 170 millones de euros, frente a los 147,1 millones que la sociedad logró alcanzar en 2018.

De acuerdo con la memoria de la firma catalana los guarismos de uno y otro ejercicio no son comparables debido a que en 2018 la empresa decidió cambiar el cierre del ejercicio de las empresas que conforman el grupo Freixenet del 30 de abril al 31 de diciembre, por lo que se compara un ejercicio de ocho meses con otro de 12. Sin embargo, la sociedad asegura que los resultados tanto de explotación como el beneficio antes de impuestos “han sido los mejores de la compañía en la última década”. Circunstancia a la que ayudó sin duda el hecho de que en ese ejercicio la empresa decidiera desprenderse, en mayo de 2019, de las empresas Solar Viejo, Valdubón y Freixenet Argentina, que se vendieron a uno de los accionistas de la compañía (Grupo Ferrer Miranda), que pagó un total de 16,8 millones de euros, operación que generó un beneficio de 3,5 millones de euros.

La sociedad asegura que la venta el 31 de julio de 2018 del 51% de Freixenet al grupo alemán Henkell, “ha tenido un impacto en la sociedad en todos los niveles”. Así, reconoce que durante el ejercicio se ha llevado a cabo un profundo proceso de simplificación de la estructura de la sociedad fusionando por absorción varias filiales del grupo con bajo nivel de actividad. Y culminando también “el proceso de joint venture al 50% con la empresa de Henkell en EE UU, Mioneto”.

La compañía admite, eso sí, que tiene un problema serio con el plazo de pago a sus proveedores, que cifra en 73,8 días de media, claramente por encima del límite legal fijado por ley. Por ello, la empresa asegura que se dispone a implantar un medidas correctoras un sistema de pago más ajustado para poder enmarcarse en la legalidad.

Al igual que muchas de las compañías, el consejo de Freixenet reconoce que se hace “extremadamente complicado predecir los efectos derivados del Covid-19 para el ejercicio actual 2020”. Y desvela que su estrategia central es “garantizar al máximo el aprovisionamiento de los mercados y extremar la reducción de las partidas de gasto”.

Para lograrlo, la situación ha obligado a reducir turnos de trabajo y a focalizar la actividad en embotellado y expedición de producto acabado con el fin de seguir abasteciendo a los mercados y no perder la próxima campaña de Navidad.

Sin ajustes derivados de la pandemia

Los administradores de Freixenet estiman que la pandemia no “va a afectar a la continuidad del negocio” y no será necesario “ajuste alguno de las cuentas anuales“. Y la sociedad lo argumenta explicando el ciclo laboral de su modelo: “Debido a la estacionalidad de las ventas, la empresa dispone de un sistema de flexibilidad laboral en que se trabajan menos horas de marzo a junio y luego se recuperan en los meses de mayor actividad, a partir de la vendimia y la campaña de Navidad”. Así, Freixenet asegura que en los meses de fuerte impacto del Covid la mitad de su plantilla estaba de vacaciones y la otra trabajando tres días a la semana, “por lo que la mayor parte de la actividad se ha podido realizar”.

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