_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Teletrabajo: un punto de inflexión en los entornos laborales

La tecnología es clave para mantener la eficiencia, tras las circunstancias extremas de este año

CINCO DÍAS

Ya nada volverá a ser como antes”. Estas fueron las palabras de la directora de recursos humanos de Twitter, Jennifer Christie, en torno a la discusión sobre cómo el entorno de trabajo de las empresas nunca más sería el mismo. Poco después, anunciaron que los empleados podrían trabajar desde casa para siempre, al mismo tiempo que empresas como Google o Facebook ampliaban sus políticas de trabajo en remoto hasta principios de 2021.

Entonces, ¿por qué algunas compañías se inclinan hacia el teletrabajo, mientras otras, como Apple, abogan por la vuelta de los empleados a la oficina, y cuál es el equilibrio adecuado? Hay muchas perspectivas sobre el futuro, y no hay una respuesta única, pero sabemos que una cosa es cierta: como en el pasado, la tecnología estará en el centro de nuestros comportamientos, cada vez más cambiantes, y en el proceso de adaptación a la nueva normalidad.

Hace una década, las condiciones de trabajo estancaron nuestra productividad, con poblaciones urbanas que llevaron a la densificación de los espacios de trabajo. El ruido y las interrupciones en las oficinas abiertas, junto con la creciente demanda del trabajo flexible y el impacto de la globalización, desembocaron en un auge del trabajo a distancia y en una redistribución de los equipos. La tecnología permitió soluciones a todos estos desafíos. Pero las circunstancias radicales de este año han supuesto un verdadero punto de inflexión.

Los viajes de negocios se paralizaron, mientras que las tecnologías que facilitan la comunicación en remoto se dispararon: Google Meet ganaba 3 millones de usuarios al día. Eso equivale a llenar el Camp Nou cada hora. Zoom se disparó de 10 millones de usuarios en diciembre a más de 200 millones a principios de abril y luego a más de 300 millones a finales de ese mismo mes. Microsoft Teams vivió un aumento del 70%, con hasta 200 millones de usuarios diarios, estableciendo récords de más de 2.700 millones de minutos de reunión en un solo día. Pero a todos, desde las pequeñas organizaciones hasta las grandes empresas de tecnología les sorprendió con la guardia baja.

Según Gartner, el 54% de los directivos de recursos humanos señalaron que la tecnología y/o unas infraestructuras deficientes eran su mayor obstáculo para una implementación eficaz del trabajo a distancia. Y aunque los desafíos del trabajo en remoto siguen siendo enormes, parece que la mayoría de la población de EE UU lo preferiría a largo plazo. Una encuesta de PwC estimó que casi el 50% de las organizaciones estaban considerando el teletrabajo permanente para los roles que lo permitían, mientras que la mayoría de los estadounidenses revelaban, en una reciente encuesta de Gallup, que les gustaría continuar trabajando desde sus hogares.

Lo que está claro es que, a medida que vayamos regresando al trabajo, la tecnología soportará el peso de mantener una actividad flexible y continuada. Traer a la gente de vuelta a la oficina ayuda a mantener una fuerte conexión, creando confianza y compromiso, aumentando la creatividad, la resolución de problemas y la innovación. Por esta razón, Steve Jobs abogó por el trabajo en la oficina para fomentar las ideas que surgen de los encuentros fortuitos y los momentos de pasillo.

El vicepresidente de recursos humanos de Slack, Robby Kwok, explica cómo “es más fácil dirigir una empresa que está al 100% en remoto que una en la que los empleados están al 50% en remoto y al 50% en la oficina”. Aquí es donde entran en juego los fundamentos de la tecnología. Cuando se despliegan cientos o miles de dispositivos para que los empleados se concentren, se comuniquen y colaboren de forma remota, la gestión de estos es fundamental.

Las capacidades de registro y monitoreo son clave a la hora de gestionar los equipos de manera virtual. Se formará una oficina virtual más grande y conectada, y ser capaces de administrar los dispositivos, como los ordenadores, puede ayudar a las empresas a identificar los problemas de calidad de las llamadas que afectan a la cooperación, así como los factores del entorno que afectan a la productividad de los empleados.

La complejidad y las diferencias entre los sectores significan que no existe un enfoque único, y los próximos meses serán un campo de pruebas. Lo que sí sabemos, sin embargo, es que hemos llegado al punto de inflexión, y las organizaciones que vuelvan a los viejos sistemas se enfrentarán a mayores desafíos que aquellos que utilicen la tecnología para hibridar su capital humano y sus procesos organizativos.

La tecnología, ya sea consciente o inconscientemente, tendrá un papel muy importante en todo esto. Impulsará el desarrollo de nuevas culturas y comportamientos en nuestra fuerza de trabajo, nos unirá virtualmente, manejará nuestros flujos de trabajo y permitirá oficinas más higiénicas.

Nuestros dispositivos se convertirán en algo más que simples puertas de entrada para la voz o el vídeo: funcionarán como el pegamento que permiten equipos flexibles, la continuidad del negocio y las conexiones que alimentan la cultura en todas las organizaciones.

Miquel Geeraerd es director de ventas de Jabra en España y Portugal

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_