Draghi reclama a los gobiernos hacer un buen uso de los estímulos del BCE
Advierte que un gasto inadecuado de las emisiones de deuda es un riesgo para su sostenibilidad
Ha tardado casi un año en salir a hablar públicamente tras finalizar su mandato al frente del BCE y Mario Draghi ha hecho sus primeras declaraciones de relevancia poniendo el dedo en la llaga. En un acto celebrado hoy, en la Convención Católica en la localidad italiana de Rímini, el predecesor de Chistine Lagarde ha reclamado a los gobiernos de la zona euro que empleen los estímulos masivos y la elevada deuda a la que van a recurrir para reforzar sus economías ante nuevas crisis. Y ha solicitado políticas “creíbles” para garantizar la sostenibilidad de la deuda, en declaraciones recogidas por Bloomberg.
“Si, a pesar de todo, la deuda es empleada en objetivos no productivos, será vista como “mala deuda y su sostenibilidad se verá erosionada. Los bajos tipos de interés no son en sí mismos una garantía de sostenibilidad”, ha advertido Draghi, que ha abogado por el empleo de los recursos que van a captar los gobiernos en el refuerzo del capital humano, en infraestructuras estratégicas y en investigación.
La emisión masiva de deuda soberana está siendo el recurso generalizado, e inevitable, al que han recurrido los gobiernos para hacer frente al grave impacto económico del coronavirus, que va a disparar los déficit públicos. Para ello, cuentan con el respaldo clave del BCE que, con un programa extraordinario de compras por hasta 1,35 billones de euros, está garantizado un entorno de financiación ultrabarata y la demanda sostenida por parte de los inversores para cubrir todas esas emisiones.
“Durante años, una suerte de egoísmo colectivo ha llevado a los gobiernos a dirigir la atención y los recursos hacia iniciativas que garantizaban un retorno político inmediato. Esto no es aceptable por más tiempo”, ha señalado Draghi en una dura crítica, impensable en su época de presidente del BCE.
Hasta el momento, Draghi ha tenido un perfil público muy bajo después de dejar la presidencia del BCE, que pasó a ocupar Lagarde el pasado 1 de noviembre. El exbanquero central ha sido nombrado recientemente asesor para asuntos sociales y económicos del Papa Francisco.