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Degroof Petercam, lo social capta la inversión

Responsabilidad de las empresas hacia empleados, accionistas y otros grupos de interés

La pandemia del coronavirus y el confinamiento al que nos hemos visto obligados casi un tercio de la población mundial han cuestionado seriamente la forma en que trabajamos, viajamos y consumimos. Y el sector de la inversión está tomando buena nota de todo lo que ocurre para premiar o penalizar, precisamente, la toma de decisiones de las compañías.

En los últimos años, la atención de la sociedad “se ha centrado, principalmente, a veces incluso exclusivamente, en el medioambiente y el clima en particular. Sin embargo, esta pandemia ha vuelto a darle importancia a las cuestiones sociales”, dice Ophélie Mortier, estratega de inversión sostenible y responsable en Asset Management (DPAM). Algo que se ha reflejado claramente en los resultados de la última investigación realizada por JP Morgan sobre las consecuencias de esta crisis en las inversiones sostenibles y responsables, estrategias que son cada vez más valoradas.

Varios sectores económicos como el turismo, la aviación y la industria automotriz, se han paralizado por completo, mientras que otros se han reorganizado para enfrentarse a la explosión de la demanda y multitud de empresas han asumido el teletrabajo en su rutina diaria. Medidas todas que, obviamente, han incidido directamente en el empleo. 

“Las medidas que se adopten hoy tendrán efecto positivo a largo plazo”, opinan en Degroof

Así, “al adoptar proactivamente medidas de apoyo a sus empleados y tener un perfil flexible, las empresas logran no solo hacer frente a las restricciones de la situación actual, sino que también pueden aumentar su atractivo: las decisiones que se adopten hoy tendrán un efecto positivo a largo plazo. La satisfacción y la lealtad de los empleados influyen en la productividad, el rendimiento del mercado de valores y los beneficios de la empresa”, resalta convencida Ophélie Mortier.

La experta de DPAM recuerda que las encuestas muestran que un número cada vez mayor de consumidores están dispuestos a pagar una prima por sus productos, siempre y cuando la empresa muestre una actitud respetuosa hacia sus públicos de interés (empleados, accionistas, proveedores, etc.) y hacia el medioambiente.

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En estos tiempos de crisis, con las drásticas medidas de contención impuestas por los Gobiernos, “las empresas tienen una responsabilidad social hacia sus accionistas y sociedad en general, ahora más que nunca. Es una oportunidad para las compañías que tienen la capacidad de enfrentar la situación y una amenaza para las que no están a la altura del desafío”, concluye la ejecutiva.

La fragilidad de la cadena de producción y distribución

La falta de mascarillas muestra la vulnerabilidad de las cadenas de suministro y los peligros relacionados con los procesos de producción que dependen de un solo país.

Esa vulnerabilidad debe ocupar un lugar central en el debate para prever los riesgos futuros, señalan los expertos. También debe abordarse su concentración geográfica.

En DPAM mencionan a Apple, que está trasladando su cadena de suministro a la India: “Muestra la vulnerabilidad de un modelo basado en subcontratación a gran escala”.

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