Más disgustos relacionados con los dividendos en la banca europea
Hay una preocupación legítima: ¿qué ocurre si el control legislativo de la retribución al accionista pasa a ser la norma?
El rostro de Andrea Enria probablemente se ha ganado un sitio en las dianas de dardos de muchos inversores de bancos. El supervisor jefe del Banco Central Europeo amplió ayer la impopular prohibición de pagar dividendos por parte de las entidades crediticias de la zona euro, desde el próximo octubre hasta el comienzo de 2021.
Aliviar esta restricción este otoño habría sido prematuro. La finalidad de interrumpir el pago de dividendos es asegurarse de que los bancos, desde BNP Paribas a UniCredit pasando por Commerzbank, tengan suficiente capital para afrontar una posible ola de impagos. Los pronósticos económicos probablemente sean igual de inciertos en octubre que ahora. Los bancos han estado creando provisiones para préstamos fallidos relacionadas con la Covid-19, pero trabajan casi totalmente a partir de modelos.
Lo prudente sería esperar a que se produzcan los impagos. Aun así, y siempre que no haya una segunda oleada de contagios por Covid-19, los inversores solo sufrirán un retraso en sus dividendos, no una pérdida. Y si un nuevo repunte de los contagios lleva a un segundo confinamiento europeo, los inversores probablemente se alegren de que Enria haya impedido pagar dividendos. El BCE publicó ayer los resultados de una miniprueba de estrés. En el escenario “severo”, la crucial relación entre capital ordinario y capital de primer orden perdía 5,7 puntos porcentuales hasta el 8,8% en 2022, lo que da a entender que hay que incrementar el capital propio.
No obstante, hay una preocupación legítima: ¿qué ocurre si el control legislativo de los dividendos pasa a ser la norma? Sería un argumento a favor de un mayor coste del capital propio, lo cual podría suponer una diferencia más duradera para las valoraciones de los bancos. Mover la tasa de descuento hipotética de los bancos del 10% al 11% para reflejar el aumento de las restricciones reduciría el valor actual de 50 años de dividendos en aproximadamente una décima parte. Enria puntualiza que la prohibición de dividendos es puntual. Los accionistas podrían preferir esperar y ver qué ocurre.