Distribución, equilibrismo entre el mundo físico y virtual
Dualidad: las tiendas de moda cambian de modelo y la alimentación lo mantiene
Hablar de retail y gran consumo es hacerlo de nuestras marcas favoritas, las que llenan nuestras casas, tanto ropero como despensa, entre otros productos y servicios. Sin embargo, en distribución las cosas pintan muy distintas para la industria textil y la de alimentación. Sus trayectorias en 2020 son divergentes, pues mientras que el estado de alarma consideró a esta última actividad esencial, las tiendas de ropa tuvieron que cerrar. Lo que no quita para que ambas, cada cual con sus números, se encuentren en pleno proceso de adaptación; el consumidor pospandemia obliga.
“Ahora se volverá a una compra más planificada y reflexiva, donde los grandes formatos como el hipermercado o gran almacén ayudarán a simplificar el acto de compra […]. El comercio es la actividad que con más rapidez ha asumido cambios históricamente. Tras hacer frente a un shock estructural –tecnológico– en la última década, ahora se ve afectado por uno coyuntural, donde garantizar compras seguras para clientes y empleados será la clave”, considera Javier Millán-Astray, director general de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged).
Flexibilizar es el verbo pronunciado por los expertos del sector (que supone un 13% del PIB), cuando se les pide una receta para afrontar el futuro. Además, Ignacio Sierra, director corporativo de Tendam (compañía que agrupa las marcas Cortefiel, Springfield, Pedro del Hierro, Women'secret y Fifty), subraya otra: priorizar. “Nos vamos a topar con un cliente que optará por menos prendas, aunque mejores y a precios razonables. Esa es la ecuación, a la que dará respuesta un buen diseño atemporal; un buen campo que ya conocemos y nos hace ser optimistas. Se acabó el quemar tendencias. Otra palanca serán los clubes de fidelización, donde tenemos más de 30 millones de socios”, añade.
El diagnóstico que hacen desde la consultora EY coincide: “La estrategia del volumen se sustituirá por la del valor de producto que, de paso, desterrará su etiqueta de sector contaminante”. Marina López, presidenta de la Asociación de Moda Sostenible, está convencida de que “ahora este criterio tomará más impulso del que ya notábamos. Es imprescindible apostar por el reciclaje y corregir esa inexistencia de industria productora. Volver a ser lo que fuimos en el textil”.
Por su parte, la distribución alimentaria “es de las pocas actividades que han funcionado razonablemente bien, porque a pesar del incremento de costes, puede hablar de crecimiento. Su reto es aumentar la capacidad de su canal digital para ajustarlo a la demanda futura. El 2% del negocio que correspondía al comercio electrónico pre-Covid pasó a ser de un 8%. Es probable que, en adelante, la cuota quede alrededor de un 4%, duplicada”, calculan en EY. Como banderas, Inditex y Mercadona, que están entre las 50 mayores empresas del Ranking 2020 Global Powers of Retailing, como refieren en Anged.
En cifras
30.000 millones de euros, como mínimo, perderá el comercio por la caída de ventas, según Anged.
50% será al menos el descenso de facturación de algunas categorías de retail de no alimentación.
1.200 euros gastaba de media en moda una treintañera antes de 2008. Ahora es un 40% inferior.
30% es la tasa de consumidores que dice que primará la compra online, según un congreso digital.