Los ‘hedge funds’ buscan relevar al ICO y exigen deuda híbrida para rescatar empresas
Piden instrumentos que les permitan entrar en el capita
Las empresas más penalizadas por el Gran Confinamiento esperan como el maná la llegada de los fondos de deuda. Se trata de una inyección extra para enderezar la situación de la compañía. Un salvavidas que no está exento de condiciones. Fundamentalmente, dar a esos fondos un acceso directo al capital de la empresa a través de instrumentos de deuda híbrida.
Habitualmente, las empresas españolas recelan de la financiación que les ofrecen los temidos fondos de deuda. Y suelen optar por suscribir préstamos con los bancos. Las razones suelen estar en que los fondos suelen prestar dinero a precios mucho más elevados que los bancos y establecen unas condiciones leoninas.
Sin embargo, el cierre casi total de la economía para tratar de contener la pandemia ha dado la vuelta a todo. Hasta ahora, y a diferencia de la anterior crisis, la financiación bancaria ha regado a la economía con la liquidez necesaria para pasar los momentos mas duros de la pandemia. A ello han contribuido las medidas excepcionales puestas en marcha por los bancos centrales y los avales al crédito de los Gobiernos. La eficacia de estos mecanismos tocará a su fin tras el verano. Y algunas empresas ya prevén recurrir a los fondos de deuda como salvavidas. Estos pretenden tras el verano sustituir al ICO como garante de liquidez para las empresas.
La parte buena de estos vehículos es su elevada liquidez y potencia de fuego. En plena era de los tipos cero, los fondos de capital privado cuentan con una inmensa potencia de fuego para invertir en compañías. Otro de sus puntos positivos son que gozan de una mayor flexibilidad que los bancos, siempre más constreñidos por los requisitos de solvencia que les imponen los reguladores. Pueden invertir en compañías en problemas o buscar soluciones más agresivas.
La principal contraprestación –además del elevado precio– que durante esta crisis están planteando los fondos de deuda es reclamar instrumentos de deuda híbridos. Es decir, que para suscribir nuevos préstamos o bonos de una compañía exigen que estos establezcan momentos claros en los que podrán convertir su deuda en capital. Es en lo que se conoce en el argot financiero como equity kickers.
"Las estructuras de deuda híbridas van a incidir en el mercado. Ceden rentabilidad de equity sin entrar en problemas de valoración y dilución a la entrada, maximizando el valor del accionista", explica Carlos Asensio, socio de Financial Advisory, Debt Advisory & Restructuring en Grant Thornton. Es una solución que emerge para las empresas de tamaño medio que recurren a estas soluciones por primera vez, al tiempo que es solicitada por los bonistas a empresas que están en el proceso de reestructuración de su deuda.
El objetivo de estos fondos es terminar tomando participaciones minoritarias en el capital de las empresas a las que prestan dinero. Este puente de la deuda al capital puede llegar o bien porque la compañía no ha cumplido determinados hitos financieros o bien simplemente como un punto fijado en el que se culmine la inversión, no solo como amortización anticipada del crédito. Los fondos prefieren este tipo de soluciones, a modo de préstamos participativos, para después poder vender un paquete de acciones más facilmente que uno de deuda una vez que se reabra el mercado de fusiones y adquisiciones o incluso el de salidas a Bolsa.
"Las empresas que recurren a soluciones de deuda híbrida con fondos son compañías que han sufrido durante la crisis, pero tienen en general un buen balance. Crecen, pero necesitan resolver problemas puntuales de liquidez y las soluciones que les aportan los bancos no son siempre suficientes. Es una posibilidad para dar entrada a fondos de deuda que les ayuden a salir del bache", indica Jaime Cano, socio de Alantra Private Debt.
Reabre el mercado de bonos híbridos
Varias fuentes consultadas coinciden en señalar las oportunidades que ofrece el mercado de bonos híbridos en este momento. Cerrado a cal y canto durante los momentos más duros del confinamiento, ha vuelto a su ser a partir del mes de junio. A ello han contribuido decisivamente las petroleras. Tanto Repsol como la británica BP han puesto en el mercado bonos híbridos con gran éxito. En cuanto a la española, emitió 1.500 millones en este tipo de deuda para recomprar una emisión anterior, de 1.000 millones. Estos instrumentos, al quedar fuera del paraguas de compras del BCE, ofrecen rentabilidades atractivas para los inversores, frente a la planicie de la deuda corporativa. Para las empresas, son un instrumento interesante para reforzarse y evitar bajadas de rating, en un momento en que un gran número de compañías han sido hundidas a bono basura.