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Alimentación

Calidad Pascual logra financiación por 155 millones para su plan estratégico

El grupo firma un crédito sindicado de 130 millones y una línea ‘revolving’ de 25; se trata de un préstamo sostenible

Tomás Pascual Gómez-Cuétara, presidente de Calidad Pascual.
Tomás Pascual Gómez-Cuétara, presidente de Calidad Pascual. Juan Lázaro

Calidad Pascual ha obtenido fumata blanca de la banca para rubricar financiación por 155 millones. Se trata de un crédito –al margen de los préstamos del ICO para vencer la debacle económica del Covid-19– con el que la compañía sustituye el pasivo bancario anterior y obtiene su aval para abordar su nuevo plan estratégico.

La marca de productos lácteos ha conseguido cerrar en plena pandemia una operación que había arrancado meses atrás. La nueva financiación se ha estructurado en dos tramos. El primero es un crédito sindicado por 130 millones a seis años. El segundo se compone de una línea revolving de libre disposición de 25 millones y que expira también en 2026.

“Se trata de una nueva línea de financiación otorgada a Calidad Pascual fruto de una negociación iniciada el año pasado para sustentar el nuevo plan estratégico de la compañía”, indican fuentes de la compañía. Con este crédito, el grupo consigue prolongar su calendario vencimientos hasta 2026 y cancelar su pasivo bancario, que, a cierre de 2018, alcanzaba los 170 millones.

Pascual ha conseguido un amplio respaldo de diez entidades financieras. Abanca, Banco Social Cooperativo, Ibercaja, Liberbank y Unicaja han sido las entidades que más han contribuido en la operación. Al sindicato se han sumado además BBVA, Santander, Bankia, CaixaBank y Mediobanca.

Fuentes financieras señalan que los bancos participantes estaban dispuestos a prestar hasta 200 millones pero que la firma declinó el ofrecimiento de obtener más dinero. Una prueba de la fortaleza de la compañía para afrontar los vaivenes económicos por el coronavirus y la resistencia del sector de la alimentación. El crédito además cuenta con la vitola de sostenible.

El grupo burgalés se encuentra inmerso en su plan estratégico 2020-2023, que se fundamenta en apostar por el negocio lácteo, así como en mantener la senda de crecimiento de la empresa en los últimos años. Para ello, ha dividido la compañía en dos unidades de negocio diferenciadas. Una dedicada a lácteos (que incluye las marcas Pascual, Vivesoy y la división de batidos) y otra de bebidas, con enseñas como Bezoya, Bifrutas y Mocay. Para dirigir la primera, el grupo ha fichado a Víctor Córdoba, procedente de SIG Combibloc, proveedor líder de soluciones para envases asépticos. Javier Rivera, que había sido el responsable del negocio de hostelería de Pascual, llevará la batuta del área de bebidas.

Beneficios por 27 millones en 2018

Calidad Pascual cerró 2018 con un beneficio antes de impuestos de 26,9 millones, un 4,6% superior al registrado en 2017. Los ingresos avanzaron un 3%, hasta los 695 millones. Paralelamente, la compañía consiguió recortar la deuda financiera en un 11%, hasta los 170 millones. El grupo está presente en 70 países y su facturación internacional se disparó un 16,4%, hasta los 28,4 millones, con un impulso especial del mercado chino.

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