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A largo plazo la renta variable tiene alto potencial

Estamos en territorio desconocido

Exceso de rentabilidad en salud
Pictet AM

A largo plazo la renta variable tiene alto potencial

Estamos en territorio desconocido. Las medidas de estímulo monetario de los bancos centrales van a suponer 10% del PIB global y las fiscales 4% del PIB, el doble que en la Gran Crisis Financiera de 2008/09. Mientras el índice S&P 500, que ha llegado a caer 35% desde máximos en tres semanas, se ha recuperado 30% en las tres siguientes hasta el 14 de abril.

Pero para que la recuperación se consolide tenemos que ver clara mejora de las cifras de propagación del coronavirus y que se reactiva la economía. Así que hay que ser prudentes a corto plazo. De todas formas a largo plazo la renta variable tiene alto potencial de revalorización.

El caso es que en esta crisis del coronavirus CoVid-19 algunos sectores han sufrido mucho más, especialmente el energético y financiero. En cambio otros están siendo más defensivos, especialmente salud y consumo básico. En concreto determinados temas de inversión basados en megatendencias se están comportando relativamente mejor o con flujos de salida bastante moderados. Se trata de fondos que llegan a contar con dos décadas de historia, tiempo durante el cual los inversores han podido conocer su capacidad de resistencia. Además, es cada vez más evidente que hay oportunidades destacadas en temáticas relacionadas con la digitalización y la salud.

Efectivamente, asistimos a la aceleración del teletrabajo y la telemedicina, la educación a distancia, la compra en línea y el pago sin dinero. Según KPMG hasta el 25 de marzo el tráfico en Internet aumentó entre 50 y 70% globalmente respecto al normal y la actividad de streaming un12%. Otros informen muestran que la penetración de Internet en 2019 aún era del 60% de la población mundial, con alto potencial de crecimiento en mucho países en desarrollo.

Democratización de la salud

También hay que tener en cuenta el tema de salud, donde es previsible el aumento de la demanda de servicios y productos ligados a la prevención, que juega un papel cada vez más importante, junto con la tecnología médica, hasta el punto de podemos hablar de democratización de la salud.

Efectivamente, la prevención es cada vez más esencial en las políticas relacionadas con salud y adquirirá mayor importancia tras la pandemia. Se trata de aumentar el tiempo de vida saludable de las personas, de añadir vida a los años, más que años a la vida. Hay que tener en cuenta que el cambio de patrones de conducta en países emergentes con el incremento de la riqueza favorece el consumo de alimentos procesado, la obesidad y las enfermedades crónicas asociadas al estilo de vida occidental. Pero a medida que mejora el bienestar económico las personas de todo el mundo están cada vez más dispuestas a invertir en su salud. Al respecto son de interés determinadas compañías relacionadas con estilo de vida saludable, alimentación sana, cuidados personales, salud medioambiental y diagnosis precoz. Es el caso de Bakkafrost, una empresa integrada de producción de salmón de las islas Feroe, que se beneficia de un clima, biología e infraestructuras únicas y que produce alimento sin antibióticos y con altos niveles de Omega 3. Además la Organización Mundial de la salud recomienda buena higiene personal y productos desinfectantes en hospitales y espacios comunes y empresas como Clorox y Reckitt Benckiser cuentan con estos productos para centros de atención médica e higiene en el hogar.

Otras compañías protegen a los consumidores y pacientes de la carga financiera que suponen las enfermedades, como la aseguradora estadounidense United Healthcare, que cuenta con una división de tecnología de procesamiento de datos que facilita identificar grupos de alto riesgo y realizar controles médicos profilácticos, lo que ahorra costes y salva vidas.

Además varias biotecnológicas y farmacéuticas se han movido rápidamente para buscar posibles terapias y vacunas eficaces, en una amplia gama de necesidades médicas que sigue sin satisfacerse o está mal cubierta, habiendo más de 7.000 medicamentos en desarrollo clínico en el mundo. Pero hay empresas con soluciones innovadoras. Es el caso de Tabula Rasa, una tecnológica que identifica interacciones peligrosas entre fármacos -40% de las personas mayores en EEUU y 50% en Inglaterra toman más de cinco-. Tiene acceso a una gran base de datos y cuenta con algoritmos para determinar las interacciones, lo que facilita que se reduzcan las visitas a medicos un 28% y a hospitales un 22%.

En pocas palabras, la inversión temática en salud se beneficia de las tendencias en la prevención de enfermedades, mejores terapias y un mayor acceso a la medicina moderna.

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