El Primer Ministro italiano ve el futuro de la UE en juego si no hay respuesta a la crisis
Lagarde quita hierro a la discordancias sobre los coronabonos
El Primer Ministro italiano, Giuseppe Conte, dijo que el futuro mismo de la Unión Europea estaba en juego por su respuesta al coronavirus, ya que Alemania expresó su esperanza de que los ministros de finanzas de la UE acuerden un paquete de rescate económico de 500.000 millones de euros en su reunión de hoy.
En una videoconferencia de 16 horas que se extendió durante la noche desde el martes por la tarde, los ministros no lograron sellar un acuerdo sobre hasta qué punto van a apoyar sus economías afectadas.
"Necesitamos una respuesta económica y social a nivel europeo" explicó Conte en una entrevista a la BBC. "Es un gran desafío para la existencia de Europa".
"Si Europa no logra elaborar una política monetaria y financieraadecuado para el mayor desafío desde la Segunda Guerra Mundial, no sólo los italianospero los ciudadanos europeos estarán profundamente decepcionados".
Conte continuó diciendo que el futuro mismo de la Unión Europea estaba en juego.
"Si no aprovechamos la oportunidad de dar nueva vida al proyecto de la Unión Europea, el riesgo de fracaso es real", dijo Conte.
Los ministros se reunirán de nuevo hoy para intentar acordar el paquete. Las divisiones han impedido hasta ahora un acuerdo entre los estados del sur de la UE, liderado por Italia, que exige medidas de gran alcance como la emisión de deuda conjunta, y los Países Bajos, actuando como el baluarte de los fiscalmente conservadores del norte, lo que exige más moderación y medidas de enfoque estrecho.
"Es importante que tomemos esta decisión hoy sobre los 500.000 millones de euros que está en discusión - es una suma increíblemente grande de dinero que podríamos usar para ayudar a mucha gente, especialmente a los países afectados, España e Italia", explicó Peter Altmaier, Ministro de Economía alemán, en una entrevista de radio.
"Confío en que (el Ministro de Finanzas alemán) Olaf Scholz, junto con su colega (Ministro de Finanzas francés) Bruno Le Maire, puede impulsar esto hoy y todos estamos trabajando en ello juntos", añadió Altaier.
Scholz había dicho el miércoles que los ministros de finanzas habían casi llegado a un acuerdo "pero no del todo" y esperaba que se llegara a un acuerdo antes de Pascua.
El bloque ya ha relajado los límites de la ayuda estatal y el gasto público para ayudar a los países a superar la crisis económica inducida por el virus. Los líderes de la UE han dado a sus gobiernos hasta la Pascua para que subancon una lista de otras posibles medidas.
Semanas de intensos debates sobre la escala y el alcance del apoyo de la UE para amortiguar la caída económica provocada por la pandemia han expuesto profundas divisiones de la UE, que se hacen eco de las que se observan en la zona euro y en la crisis que comenzaron hace una década.
Polémica con los coronabonos
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, quitó hierro a la falta de acuerdo entre los miembros de la eurozona sobre los "coronabonos" e insistió en que por su parte dispone de los instrumentos para garantizar que ningún Estado quebrará.
"Si algunos puntos son laboriosos" en la negociación para mutualizar la deuda "no es sorprendente", señaló en una entrevista este jueves en la emisora "France Inter" en la que subrayó los "progresos" que se han conseguido en esa negociación del Eurogrupo, que tuvo que ser aplazada el miércoles por la mañana después de una sesión maratoniana por falta de acuerdo.
"La idea de un fondo de reconstrucción financiado colectivamente sería formidable. Pero no creo que estemos ahí todavía", constató.
En cualquier caso, en otra entrevista en "Le Parisien" se esforzó en dar tranquilidad porque "el BCE está listo, dispone de todas las herramientas y aportará el escudo necesario para preservar la zona euro".
Y sobre la posibilidad de utilizar otras soluciones adicionales a las que se han presentado en caso de que la situación empeorara, respondió que sí, pero sin precisar cuáles para mantener el efecto sorpresa.
La exministra francesa y exdirectora del Fondo Monetario Internacional dijo que le parece "totalmente impensable" la anulación de las deudas de los países del euro, aunque se esforzó en evacuar la cuestión con el argumento de que no es el momento de plantearla.
"La amortización se hará en un periodo largo", superior a los diez años, indicó tras reconocer que la deuda pública va a aumentar de forma significativa, teniendo en cuenta que, sumadas las medidas presupuestarias y las líneas de crédito ya anunciadas, representan el 19 % del producto interior bruto (PIB) de la eurozona.
"Lo que puedo garantizar es que no hay ningún límite a nuestro compromiso al servicio de la zona euro", repitió.
La presidenta del BCE insistió en dar garantías sobre la viabilidad de los bancos europeos que "son más sólidos de lo que eran en 2008", en el momento en que estalló la crisis financiera.
Recordó que el ratio de capitales propios prácticamente se ha duplicado, el marco de regulación se ha reforzado y los supervisores "son mucho más vigilantes y escrupulosos que entonces".