Muere Alfonso Cortina a los 76 años, por coronavirus
Fue presidente de Repsol entre los años 1996 y 2004, y desde 2006 dirigía la bodega Vallegarcía en los Montes de Toledo
El empresario Alfonso Cortina, que fue presidente de Repsol de 1996 a 2004, ha fallecido a los 76 años, muerte que ha lamentado este lunes la petrolera en su cuenta de Twitter.
"Lamentamos profundamente el fallecimiento de Alfonso Cortina, que fue presidente de Repsol desde el año 1996 al 2004. Trasladamos nuestras más sentidas condolencias a su esposa e hijos. #DEP", ha indicado Repsol en su cuenta en la red social, informa Efe.
El fallecimiento se ha producido este lunes en el Hospital Virgen de la Salud de Toledo por coronavirus. El empresario ingresó en ese centro el 25 de marzo, en el que ingresó procedente de su finca en Retuerta del Bullaque (Ciudad Real). Tras una leve recuperación, el viernes pasado, según fuentes próximas a la familia, su estado de salud empeoró.
Ingeniero industrial y economista, tras dejar la presidencia de Repsol en 2004, estuvo al frente de la inmobiliaria Colonial entre los años 2004 y 2006.
Hermano de Alberto Cortina, empezó su carrera profesional en el Banco de Vizcaya, más tarde fue director de administración de la Inmobiliaria Bancaya, y consejero delegado de Hispano Hipotecario del Grupo Banco Hispano Americano, llegando a ser vicepresidente de la entidad, y presidente de Sociedad de Tasación, el mismo cargo que ocupó en Portland Valderrivas.
En 1996 asumió la presidencia de Repsol, donde se mantuvo hasta 2004. En 2006 puso en marcha la bodega Vallegarcía en los Montes de Toledo. El proyecto arrancó en 1993, cuando decidió hacer realidad el sueño de plantar un viñedo en su finca. Le gustaba insistir en que su bodega no era un capricho de rico, "sino un proyecto serio del que viven familias".
Desde su despacho en el Paseo de la Castellana, se dedicaba a gestionar su patrimonio y a vender su vino por medio mundo. Uno de sus últimos logros fue conseguir la Denominación de Origen para el vino Vallegarcía, bajo cuya enseña se elabora uno de los blancos más reconocidos de España. También consiguió que el tinto Petit Hipperia 2014 se sirviera en las clase business y primera de la aerolínea Lufthansa.
Amante del buen vino, que decía que había que beber y no guardar por si la parca te sorprendía sin previo aviso, y de la buena mesa, le gustaba disfrutar de la gastronomía y descubrir restaurantes, por modestos que fueran. Socarrón, generoso y de vuelta de más de una batallas, recordaba una frase del fundador de El Corte Inglés, Ramón Areces, que decía que "había que buscar la satisfacción de los dividendos invisibles". Esto es: "La satisfacción por encima de la rentabilidad, aunque hay negocios que no te dan satisfacciones". A él lo que le proporcionaba disfrute, por encima de todo, era su familia y saber que la bodega, una vez él no estuviera, tendría continuidad.
Casado con Miriam Lapique, con la que no se perdía ni un estreno en el Teatro Real, hablaba con orgullo de sus dos hijos, Felipe, de 37 años, y Carlos, de 35, "apasionados del vino y emprendedores". El primero es uno de los fundadores de la firma de calcetines Jimmy Lion y el segundo se dedica a la banca de inversión.
Era amigo, con el que además de los vinos compartía afición por la caza, de Carlos Falcó, marqués de Griñón, que murió el 21 de marzo también por coronavirus.