La cuarentena, una oportunidad para formarse
Las empresas que aprovechen este parón para capacitar a sus empleados tendrán ventaja en el futuro
Se cumplen tres semanas desde que, con motivo de la expansión del coronavirus, el Gobierno recomendara el teletrabajo para aquellos puestos en los que fuera posible. Este fin de semana, las medidas se han endurecido: suspensión del trabajo no esencial de las actividades presenciales durante 15 días mediante un permiso recuperable retribuido.
La crisis del Covid-19 es indudablemente una desgracia, pero el confinamiento ha resultado ser también, para las empresas que han querido aprovecharlo, la oportunidad de poner en marcha todo aquello para lo que nunca se tenía tiempo. Si bien las primeras semanas, explica el director de Infova, Gonzalo Martínez de Miguel, el ritmo de trabajo aún era alto, pues había que adaptarse a la nueva realidad, “ahora que esta primera ola ha pasado, hay mucho tiempo para dedicar a la formación”.
Tras esa fase de desconcierto inicial, llega el momento de la reflexión, explica el vicepresidente de BTS, André Ribeiro: “Cómo vamos a salir de esto, cómo nos vamos a adaptar y cómo vamos a mantener nuestra posición en el mercado”. En esta etapa es muy importante apostar por la gente para estar preparados para cuando se retome la normalidad, insiste el experto, quien considera que la formación es una inversión a futuro que también contribuye a los beneficios de la empresa en el largo plazo. “Ahora que no tienen tanto trabajo, los empleados pueden aportar a la organización de otra manera”, desarrolla.
También lo cree así Martínez de Miguel. El portavoz recuerda que, aunque la formación no produce nada facturable, sí que aumenta la capacidad de producción para el futuro, por lo que este paréntesis es el momento idóneo para ponerla en práctica. “Cuando esto acabe, todo el mundo volverá a estar ocupado retomando el trabajo, por lo que volverá a no haber tiempo”, expone.
La profesora de EAE Pilar Llácer, por su parte, coincide en que este contexto es un desafío, a la par que una oportunidad, para los departamentos de recursos humanos. “Es muy importante que los empleados se sientan cuidados y vinculados a la organización. En el futuro se van a acordar de cómo se les ha tratado”, avisa. Más allá del aprendizaje de nuevos idiomas, la docente apuesta por reciclar oficios tradicionales y adaptarlos al nuevo contexto digital. Asimismo, anima a quienes hayan sido despedidos o teman poder serlo en un futuro próximo a aprovechar este tiempo para actualizar el currículo, reforzar las materias pendientes y trabajar en la marca personal.
Las herramientas de formación disponibles en línea se han multiplicado durante el confinamiento. Muchas universidades y escuelas de negocios han trasladado su actividad a las plataformas web para continuar, en la medida de lo posible, con el programa planificado. Es el caso de Deusto Business School, cuyo director, Iñaki Ortega, invita a invertir en nuevos aprendizajes el tiempo que se ahorra al trabajar desde casa. El directivo defiende que “esto es una oportunidad enorme para las empresas; no solo desde el punto de vista de la capacitación, sino también para aprender a trabajar en la red y para motivar mejor a sus empleados”.
Adecco es otra de las instituciones que ofrece formación en línea tanto para empresas como para profesionales. Con motivo del confinamiento, han dado acceso gratuito a más de 70 cursos divididos en nueve áreas temáticas. Asimismo, durante esta semana lanzarán un programa que traslada el método del caso al cine de la mano del profesor emérito de IESE Sandalio Gómez, con un formato similar a los capítulos de una serie. El director de soluciones e innovación de Adecco Learning & Consulting, Marcos Abollado, recuerda que este es el momento para ponerse al día en materia de igualdad y de prevención de riesgos laborales, dos asuntos indispensables que se suelen dejar aparcados por falta de tiempo.
Mantener a la gente en plantilla y llevar a cabo una mejora de la cualificación de los empleados es una opción que, según Ribeiro, no solo es más social, sino que contribuirá a que las compañías estén más preparadas para el futuro. Por el contrario, quienes opten por dar un frenazo y pretendan continuar en el mismo punto cuando se recupere la normalidad corren el riesgo de caer en su propia trampa. “Las organizaciones que van por la vía de reducir costes ahora para tratar de ser en un par de meses lo que eran antes de que esto estallara, estarán en gran desventaja”, advierte el experto.