El sector exterior sujeta el crecimiento de 2019 en el 2%, pese al frenazo en la vivienda
El INE revisa a la baja, hasta el 0,4%, la estimación sobre el último cuarto del año
La economía española creció un 2% en 2019, cuatro décimas menos que en 2018 y su menor alza desde el ejercicio 2014, tras avanzar en el último trimestre del año pasado un 0,4%. El dato para el tramo final del año es idéntico al de los dos trimestres precedentes, pero una décima inferior a la previsión adelantada por el INE en enero, que arrojaba un 0,5%. La revisión no ha afectado al dato del año.
Con el crecimiento del 2% logrado en 2019, la economía española suma seis años de avances, aunque el del año pasado haya sido el menor desde 2014, cuando el PIB creció un 1,4%. El máximo de este periodo de seis años se alcanzó en 2015, con un crecimiento del 3,8%.La demanda doméstica sigue siendo el principal componente del crecimiento, y de acuerdo con los datos del INE ha aportado 1,5 puntos de los dos que ha crecido la producción en el año. La demanda extranjera ha aportado el medio punto restante, un cambio de modelo de crecimiento respecto a 2018.
Así, el ejercicio anterior la demanda doméstica aporto hasta 2,6 puntos a la economía, 1,1 más que en 2019. La demanda externa, mientras, ha pasado de restar tres décimas al crecimiento a aportar cinco. Esta tendencia ha sido más patente a medida que se acercaba el cierre de año: en el último trimestres, en el que el PIB ha crecido el 1,8% sobre el ejercicio anterior, la demanda interna apenas ha generado 1,3 puntos de crecimiento.
En todo caso, más que un frenazo del consumo (el gasto de las familias se frena una décima, del 1,3% al 1,2%), en el cuarto trimestre de 2019 se vio condicionado por la menor inversión, particularmente en vivienda. La formación bruta de capital fijo ha pasado de crecer el 1,7% entre junio y septiembre a un 0,6%. No obstante, la inversión en maquinaria o propiedad intelectual crece a ritmos del 3%: es la construcción de viviendas la que cae a plomo: pasa de crecer el 4% en el primer trimestre a un 1,7% en el segundo, un 0% en el tercero y un -1,1% en el cuarto.
Pese a que la demanda exterior mejora su aportación a la economía en el cuarto trimestre, ello se debe en mayor medida al frenazo de las importaciones. Éstas se incrementan un 2,1% respecto al mismo trimestre del año anterior, seis décimas menos que en el tercer trimestre. Las exportaciones, por su parte, pasan de crecer al 3,6% al 3,3%, sobre todo por los menores ingresos del turismo.
En términos de empleo, el año se ha cerrado con la creación de 358.000 puestos de trabajo a tiempo completo. El ritmo de crecimiento del empleo es del 2%, igual al de la economía. El empleo acelera sobre el trimestre anterior, pasando así de crecer un escaso 0,1% intertrimestral al 0,9%. La construcción y la industria pierden fuelle de forma muy acusada, pues recortan su crecimiento siete y 13 décimas hasta el 1,9% y 0,9%, respectivamente, para ser compensadas por la aceleración en servicios de cinco décimas, hasta el 4,5%.
Así, la remuneración de los asalariados aumenta un 4,5% en el último trimestre:el número de asalariados crece en un 2,5% sobre el tramo final de 2018 y los salarios medios crecen el 1,9%. Teniendo en cuenta que las horas trabajadas crecen el 1,4%, la productividad por hora trabajada sube el 0,4%. El coste laboral unitario crece, asi, el 2,1%.