Goldman Sachs prevé que el PIB español se hunda el 9,7% y el déficit se dispare al 10%
La economía española repuntaría en cambio el 8,5% el próximo año
El banco estadounidense Goldman Sachs ha empeorado de forma significativa sus previsiones económicas para 2020 como consecuencia del continuo avance del coronavirus Covid-19 en Europa, por lo que ahora considera que la economía española se hundirá un 9,7% y el déficit llegará hasta el entorno del 10%.
En un informe publicado este martes, la entidad ha continuado las revisiones a la baja del crecimiento del producto interior bruto (PIB) de España. Antes de que surgiera el brote vírico, Goldman Sachs esperaba que la economía española creciera un 1,8% en 2020.
Esa lectura se revisó a principios de marzo hasta el 1,3%, mientras que hace una semana el banco ya estimaba una contracción del 1,3%. Ahora, tras las medidas adoptadas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez y la previsión de que el estado de alarma se alargará hasta mediados de abril, la entidad ha revisado la caída en más de ocho puntos, hasta llegar a una contracción económica del 9,7% este año.
Para el año próximo, la previsión de Goldman Sachs ha seguido el camino inverso y ha sido revisada al alza de forma acusada. Así, la entidad espera que el PIB español crezca un 8,5% el ejercicio que viene.
El peor dato entre las principales economías del euro será para Italia, cuya economía caerá un 11,6% en 2020 y repuntará un 7,9% en 2021. De su lado, Alemania y Francia registrarán contracciones del 8,9% y del 7,4%, respectivamente, mientras que para 2021 crecerán un 8,5% y un 6,4%. De esta forma, el conjunto de la zona euro experimentará una contracción anualizada del 9%, mientras que la recuperación de 2021 se situará en un crecimiento del PIB del 7,8%.
Asimismo, dados los paquetes de estímulos que han anunciado varios países europeos afectarán negativamente a su equilibrio presupuestario. Los analistas de Goldman Sachs Sven Jari Stehn y Nikola Dacic estiman que Italia pasará de un déficit del 1,6% en 2019 al 10,3% este año, con el ratio de la deuda sobre el PIB elevándose en más de 30 puntos, hasta superar el 160%.
De su lado, España registrará un desequilibrio del 10%, lo que sería la peor lectura del dato desde 2012. El déficit de Francia se elevaría hasta el 7,3%, mientras que Alemania romperá sus reglas de endeudamiento.
Este lunes, los gobiernos de la Unión Europea aprobaron la activación de la cláusula que suspende temporalmente la aplicación de las reglas presupuestarias comunitarias que exigen el control del déficit y la deuda, por lo que los Estados miembros podrán elevar su gasto público todo lo necesario para hacer frente al brote vírico.
Previsiones de IESE
La crisis del coronavirus podría costarle a España el 3.9% del PIB, en un escenario leve, pero si las medidas actuales de confinamiento y crisis se extienden durante tres meses, el PIB puede caer hasta 6 puntos, y si van hasta el verano, de casi 10 puntos. Esta es una de las conclusiones del informe presentado hoy por Nuno Fernandes, profesor de Finanzas de IESE Business School.
El informe, que proporciona también nuevas previsiones sobre cómo el Covid-19 afectará a la economía mundial, indica además que el crecimiento del PIB de España para 2020 disminuirá un 2.1%. Cuanto más dure las crisis, peores serán las consecuencias económicas.Si bien las estimaciones anteriores se basaban en comparaciones históricas con el Sars y la crisis financiera de 2008-2009, el informe muestra por qué no son posibles las comparaciones simples y, en su lugar, utiliza un nuevo modelo para calcular los efectos económicos entre las industrias y los países. A la luz de los hallazgos del informe, una "recesión global es casi inevitable", asegura Fernandes.A diferencia de crisis anteriores, Fernandes señala que "en esta ocasión, nos estamos enfrentando a una caída combinada de oferta y demanda" agravada por una variedad de factores, como la naturaleza global de la economía mundial hoy y por el papel clave que juega China, donde se inició el brote.
La pandemia mundial también ha llegado en un momento en que los tipos de interés iniciales son bajos y las herramientas económicas para combatir la crisis son limitadas. “Los bancos centrales agotaron su poder de fuego durante los buenos tiempos. Casi no hay espacio para que el estímulo monetario pueda ayudar a mantener los riesgos que se avecinan”, advierte el profesor de Finanzas del IESE.