El dinero fluye a activos refugio y se dispara la prima de riesgo de España
El diferencial entre la deuda alemana y la de Europa del sur, en máximo anual
El dinero tiene miedo. La crisis financiera global desatada por la pandemia del coronavirus ha hecho que los inversores de todo el planeta busquen refugio en aquellos activos que consideran seguros: fundamentalmente, en bonos y divisas de las economías más sólidas, como Alemania, Suiza o Estados Unidos.
En sentido contrario, el precio de los bonos de aquellos países que son percibidos por los mercados como más débiles están depreciándose. Esto implica que los tipos de interés implícitos son más altos: cuando un inversor no se fía de una emisor exige un mayor retorno para financiarle, pues aprecia un mayor riesgo de impago.
Durante la jornada de ayer, el rendimiento del bono español a 10 años, el de referencia, subió con mucha fuerza, hasta tocar un máximo de casi un año: 0,846%. En agosto de 2019, el rendimiento de este tipo de deuda llegó rozar el 0%. Es decir, España podía financiarse casi gratis entonces, mientras que ahora le va a empezar a salir bastante más caro.
Mientras tanto, el rendimiento del bono alemán a 10 años (considerado como el activo libre de riesgo en la zona euro) está en el -0,48%. Así que, en mitad de esta colosal crisis, a Alemania le siguen pagando por prestarle dinero a largo plazo. La deuda alemana se sigue viendo más segura que dejar el dinero en el banco.
Los baluartes que ya no protegen
Platino. Este metal precioso llevaba una trayectoria espectacular en los últimos cuatro años. Sin embargo, cuando se ha desatado el pánico financiero global, los inversores han huido también de este activo. El platino cotiza ahora a 653 dólares por onza, tras perder casi un 25% de su valor en el año. Está en su nivel más bajo de los últimos 17 ejercicios. La plata se negocia ahora al mismo precio que en 2009, a menos de 13 dólares por onza.
Bitcoin. Los más firmes defensores de esta moneda virtual habían argumentado que, llegado un momento de crac bursátil, podría actuar como activo refugio, pero no ha sido así. En menos de un mes su valor ha caído más de un 50%, y ya cotiza a menos de 4.600 dólares.
Alternativos. Las gestoras de fondos y las bancas privadas llevan varios años tratando de promover la venta de activos alternativos a los bonos o las acciones: inversiones en compañías no cotizadas, en infraestructuras, en fondos inmobiliarios. Sin embargo, todas estas inversiones, que tienen menos liquidez que los fondos tradicionales, se van a ver golpeadas por el frenazo de la economía global. Aunque aún no hay cifras oficiales, porque estos activos solo tienen que ofrecer un valor liquidativo trimestral o semestralmente, todos los expertos reconocen que habrá un deterioro generalizado en su valor.
La disparidad en los diferenciales ha hecho que la prima de riesgo española escale hasta 133 puntos básicos, un nivel que no se veía desde hace dos años.
Aunque las diferencias entre el bono español y el alemán son abultadas, lo cierto es que incluso el precio del todopoderoso bund registró ayer un mal comportamiento, con una caída del 6%. Eso sí, en lo que va de ejercicio acumula una revalorización de casi el 60%.
El otro gran polo de atracción del dinero que busca refugio son las emisiones del Tesoro de Estados Unidos. En 2020, el precio de los treasuries a 10 años casi han triplicado su valor. Ayer mismo, subieron casi un 13%, después de que se conociera la decisión de la Reserva Federal (Fed) estadounidense de llevar el tipo de interés de referencia al 0% y poner en marcha un programa de compra de bonos por valor de 700.000 millones de dólares (unos 630.000 millones de euros).
Hace tres años, Estados Unidos tenía que pagar un 3,2% por financiarse a 10 años, mientras que ahora el bono a 10 años tiene una rentabilidad del 0,8%.
También la deuda emitida por Suiza, Japón o Reino Unido ha atraído a muchos inversores que huyen de la debacle de la renta variable.
El oro ya no brilla
A diferencia de lo que ha ocurrido en otros desplomes bursátiles similares, el oro no ha logrado apreciarse, y está registrando caídas en las últimas semanas. Ayer, volvió a ceder, ante el temor de una recesión global. En dos semanas ha perdido un 11%, y ya cotiza por debajo de los 1.500 dólares por onza.
“La principal explicación es que hay algunos grandes inversores que están deshaciendo sus posiciones en oro para conseguir liquidez y cumplir con los requerimientos de capital para los tramos apalancados de sus carteras”, explica a Reuters Arnim Holzer, estratega macro de la firma de inversión EAB.
Una cuestión que empieza a preocupar mucho a los operadores financieros es la de la liquidez. El mercado de bonos del Tesoro de Estados Unidos, con un tamaño de 17 billones de dólares, ha visto cómo se secaban las transacciones en poco tiempo. Son muchos los participantes que se han quejado en los últimos días de que les está costando cerrar transacciones a un precio satisfactorio.
“El mercado está roto. Cuesta mucho poder comprar un bono al precio que quieres, o venderlo. Así que es difícil rotar la cartera y aprovechar oportunidades. Deberá pasar un tiempo hasta que se asiente”, explica Rafael Valera, consejero delegado de la firma Buy & Hold y gestor de fondos.
La prima de riesgo española no es la única que se ha deteriorado. También la de Italia lleva tres semanas de constante escalada, después de que el país fuera el primero de Europa donde la pandemia del coronavirus se extendió con fuerza, y tuviera que tomar medidas extremas, de confinamiento, para tratar de frenarla. Ayer, la prima italiana cerró en 261 puntos básicos, marcando un nuevo máximo anual.
El diferencial del bono alemán y el griego, también marcó un nuevo máximo anual, superando los 300 puntos básicos. Y la prima de riesgo de Portugal roza los 150 puntos básicos.
Finanzas saneadas
En cambio, los inversores sí que se están refugiando bonos de países que tienen unas finanzas públicas más saneadas, como Holanda o Austria.
“Todo el mundo está esperando que el Banco Central Europeo dé un pasó como el que ayer dio la Reserva Federal e incremente su programa de compra de deuda pública. Solo así se podrán controlar la subida de las primas de riesgo y se evitará la asfixia financiera de los países del sur de Europa”, explica un operador de renta fija.
Mientras tanto, el Gobierno alemán seguirá beneficiándose del pánico de mercado, y sus socios de Italia, España o Grecia volverán a mirar con terror a las primas de riesgo.
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