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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un año para impulsar debuts en Bolsa y vigilar la liquidez de los fondos

El ritmo de crecimiento de las carteras que invierten en bonos basura justifica una supervisión atenta

CINCO DÍAS

La CNMV presentó el miércoles las líneas maestras de lo que será su actuación en 2020 durante un acto en el que, como es habitual, repasó también el cumplimiento de los objetivos del año pasado. Sebastián Albella, presidente del regulador, desgranó hasta 44 objetivos concretos para 2020, algunos de ellos bien conocidos, como la solicitud de mayor autonomía en la gestión de personal, y otros nuevos, aunque todavía no excesivamente definidos. En esta última categoría se encuadra la decisión de impulsar medidas para promover más salidas a Bolsa en un mercado cuya sequía es más que notable. Esas propuestas, que incluyen reuniones con las empresas y los bancos de inversión, irán precedidas de un informe de situación con el que la CNMV pretende abordar las causas que explican la drástica reducción de los estrenos en el parqué español.

La CNMV tiene razones para analizar el escaso atractivo que ofrece actualmente la Bolsa española como medio de financiación de las empresas. El año pasado únicamente una compañía, Grenergy, decidió salir al mercado, aunque su debut consistió en pasar desde el MAB al mercado sénior. En ese análisis es necesario sopesar la conjunción de un buen número de variables, algunas de ellas no privativas del mercado español, como el efecto desestabilizador del Brexit o la guerra comercial, pero otras sí específicamente españolas, como los largos meses sin Gobierno. A ello hay que unir la creciente actividad de los fondos de capital riesgo, que ofrecen financiación suficiente en muchos casos sin necesidad de someterse a los requerimientos y exigencias del mercado y al riesgo inherente a todo debut. La cuestión, en cualquier caso, es hasta qué punto la CNMV dispone de herramientas efectivas para animar a las compañías a acudir a una vía de financiación que en este momento no ofrece suficientes alicientes.

Entre las actuaciones previstas para este año, figura también aumentar la vigilancia sobre la liquidez de los fondos de inversión ante el peso creciente de bonos de baja calidad crediticia en las carteras. Desde la entrada en vigor de Mifid2, la CNMV requiere información adicional a las gestoras y les pide que informen a los clientes cuando tengan vehículos con más de un 25% en este tipo de deuda. Los cálculos del organismo cifran en medio millar los fondos que incluyen en sus folletos la posibilidad de invertir en bonos basura; de ellos, en un centenar el peso de la deuda de alto riesgo supera el 25% y acumula un volumen de 8.000 millones. Aunque la cifra equivale solo al 3% del patrimonio total que hay en los fondos españoles, su ritmo de crecimiento – un 47% en el último año– justifica una vigilancia atenta y activa por parte del supervisor.

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