Frenazo en la construcción de vivienda: caen la inversión, el empleo y la edificación
Los visados de obra se hundieron un 25% en noviembre, mientras que la inversión pasó de crecer al 4% a inicios de 2019, a cerrar con una caída del 3,5%
El sector constructor vivió en 2018 un año de euforia, pero los buenos datos se han ido progresivamente desinflando conforme avanzaba 2019, hasta el punto de cerrar en tendencia negativa, ante la incapacidad de repetir por segundo ejercicio consecutivo las cifras excepcionales logradas un año antes, el mejor desde que se inició la recuperación del sector en 2015. Una evolución que parece acompasar la desaceleración de la economía española, pero sobre todo, el agotamiento del ciclo alcista inmobiliario, que ha hecho repuntar con fuerza y en muy poco tiempo los precios, y restado capacidad de compra de vivienda.
En 2019, la inversión residencial prácticamente se estancó, mientras que la aportación al PIB del sector constructor se redujo a la mitad con respecto a 2018. Los proyectos de nueva edificación han caído con fuerza varios meses y, a falta de los datos de cierre de año, parece que apenas repuntarán un 5% respecto a 2018, frente a las alzas de más del 25% de los últimos tres años. Los empleos en el sector también se resintieron y cerraron el año con caídas.
Todo ello en un contexto de marcada ralentización, en el que la economía ha pasado de crecer al 2,4% en 2018 al 2% en 2019, y en el que las ventas de casas han caído un 3,6% en el acumulado hasta noviembre, tras cuatro años consecutivos de fuertes alzas de precios que han erosionado la capacidad de colocar producto y agotado muy rápido el ciclo.
Según los datos de Contabilidad Nacional publicados recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inversión en vivienda en España se frenó en seco en 2019, ya que apenas subió un 0,8%, tras el fuerte incremento del 6,6% registrado en 2018. El último trimestre acabó en números rojos, con una caída de la inversión en el sector residencial del 3,5% respecto al mismo periodo del año anterior. La disminución de la inversión se profundizó conforme avanzaba 2019: dejó de crecer en el segundo trimestre respecto al anterior, se redujo en el tercero (-0,3%) y se contrajo aún más en el cuarto (-3,5%).
Ello también ha provocado que la aportación de la construcción al PIB se haya reducido prácticamente a la mitad, del 5,7% de 2018 al 2,9% registrado en 2019, según los datos de Contabilidad Nacional. Si bien en el primer trimestre de 2019 esta rama de actividad crecía al 6%, su vigor se redujo progresivamente a lo largo del año hasta contraerse en el último trimestre un 0,7%.
La moderación que atraviesa el sector también se evidencia en el número de nuevos proyectos de viviendas. Los datos recientes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana muestran que los visados de obra nueva se desplomaron un 25,5% en noviembre respecto al mismo mes 2018, el mayor descenso en cinco años, y el quinto mes no consecutivo de caídas interanuales en 2019.
A falta de los datos de cierre de año, todo parece indicar que en 2019 se habrán iniciado de cerca de 105.000 casas, muy lejos de las 150.000 que los promotores estimaban como cifra de “velocidad de crucero” y a cierta distancia también de las previsiones hechas por Servihabitat a finales de año, que preveía alcanzar las 125.000. El número de proyectos se quedaría así muy cerca de los registrados en 2018 (100.733), lo que supondría un aumento anual inferior al 5%, frente a los fuertes repuntes cercanos al 25% entre 2016 y 2018, si bien es cierto que en esos casos se partía de cifras absolutas más bajas.
La contradicción de la edificación también ha hecho mella en la mano de obra. Así lo muestran los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), que revelan que en el último trimestre de 2019 la construcción –excluida la de ingeniería civil– dio empleo a 1,174 millones de ocupados, un 0,4% menos que el mismo periodo de 2018.