La fusión entre naturaleza y modernidad es el principal foco del alojamiento. Está situado en una colina, a pocos metros de las pistas, lo que permite una vista sin obstáculos de las montañas y los bosques circundantes. Más allá de la nieve, alquilan un Tesla S a quienes deseen visitar la región de Tirol. Su nombre, Meine Auszeit (mi descanso, en alemán), hace alusión al objetivo del alojamiento: ofrecer un lugar tranquilo en el corazón del bosque bávaro. El pueblo cuenta con un completo balneario y está cerca de la pequeña estación de Grosser Arber, para quienes prefieran disfrutar de la nieve. Este hotel de 49 habitaciones se acurruca suavemente sobre la orilla del lago Ossiach, lo que proporciona unas vistas espectaculares del entorno. En su interior, el calor de la chimenea, tazas de chocolate humeante y sauna para después de un largo día de esquí en la estación de Bodensdorf. Un establecimiento de gestión familiar en una ubicación panorámica. Su spa, donde la flor del edelweiss tiene un especial protagonismo, es uno de los puntos más atractivos del valle. Cuenta con un autobús gratuito para llevar a los esquiadores al glaciar Stubai. El ocio más allá de las pistas es una de las preocupaciones de este alojamiento, donde la música en directo tiene una cita prácticamente todas las noches. Su ubicación, en el corazón del valle Zillertal, garantiza una mayor cantidad de sol y un gran abanico de actividades. Su cercanía a la estación de Planai permite olvidarse del coche y llegar hasta él con los esquís puestos. Por su parte, los más pequeños pueden practicar en un telesquí infantil que se encuentra dentro de las propias instalaciones del hotel, mientras los adultos descansan en el solárium. Un hotel pensado especialmente para los más pequeños. El alojamiento cuenta con una pequeña granja con vacas y caballos, varias salas de juegos y un espacio para mascotas. Más allá de la estación de Hollersbach, a cinco minutos en coche, tiene otras seis estaciones a menos de una hora. Cuatro elegantes suites, una exclusiva casa de campo, un espacioso chalé y un refugio de madera son las diferentes opciones habitacionales que ofrece este establecimiento, que pretende cerrar la brecha entre los hoteles de suites convencionales y los apartamentos turísticos. Un idílico castillo en mitad de los Alpes que traslada a sus huéspedes a 1150. Tiene un total de 19 habitaciones y cenas a la luz de las velas para vivir una experiencia de otra época. Asimismo, dispone de una lanzadera al área de Amadé, que cuenta con más de 860 kilómetros esquiables. Situado a pie de pistas, concretamente junto a la escuela de esquí, el establecimiento ofrece biosauna, cabina de bronceado y masajes shiatsu para después de la nieve. Por su parte, los más pequeños tienen a su alcance un parque infantil, una sala de juegos y un pequeño zoológico de mascotas.