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El Foco
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Diciembre, Europa, España y Cuba

La activación del título III de la Ley Helms-Burton y la pérdida de negocio que supone merecería una postura de la UE más firme

GettyImages

Cuba, en disonancia con su tamaño y volumen de negocio, tiene con la UE una historia de asimetrías y vaivenes, que hace no pase desapercibida.

Diciembre parece ser el mes de los acontecimientos entre las relaciones de la UE y la isla. Fue en este mes, un 2 de diciembre de 1996, cuando se adoptó la llamada posición común, que sentenció dos décadas de aislamiento político de la isla; este mes también, un 6 de diciembre de 2016, se procedió a la firma y a la aplicación provisional del acuerdo de diálogo político y de Cooperación. Hoy notamos que diciembre marca además, el fin del mandato de la italiana Federica Mogherini, que lideró el esfuerzo entre el bloque comunitario y la isla, por llegar a otro nivel de entendimiento y colaboración.

Así entonces: ¿qué nos augura este diciembre? La voluntad de la UE de acompañar a Cuba en el proceso de cambio de la economía, quedó consagrada el acuerdo de diálogo político y cooperación (ADPC). Pero, ¿qué ha cambiado a efectos prácticos desde entonces? La atención mediática desde siempre ha estado en los acápites del acuerdo referidos al diálogo político y la cooperación: el primero por tratar temas de derechos humanos y ser, en consecuencia, el talón de Aquiles en las negociaciones con Cuba; y el segundo porque traslada fuera de las fronteras europeas millones de euros a los que seguir la pista. Sin embargo, existe una tercera sesión sobrecomercio y cooperación comercial que incluye la inversión, a la cual el empresariado europeo –en Cuba o con interés en la isla–, con preocupaciones más terrenales, convendría prestar atención. Desde el año 2016 se crearon expectativas y manejaron conversaciones para facilitar la entrada en Cuba del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Se creía entonces que, el BEI, operaría en el país después de la rúbrica del mencionado acuerdo diplomático. Tres años después, los cantos de sirena de otrora quedaron muy lejanos; en detrimento de las empresas europeas que pudieran beneficiarse del mismo, y el reforzamiento a la inversión que supondría los préstamos de esta institución.

Aún no está claro, si eran reales las posibilidades de que esto sucediera, tampoco sabemos sí la UE tiene previsto desarrollar algún mecanismo financiero alternativo que facilite la entrada de las empresas europeas en este mercado; atendiendo a la letra y el espíritu del ADPC. La principal limitación para la entrada del BEI en Cuba, es obviamente política, un movimiento en este orden en el tablero diplomático, en las actuales circunstancias, resulta el emplazamiento directo a la confrontación con Estados Unidos, que Europa evita. Cuba, según algunos, no es un mercado tan grande como para comprometerse en demasía.

Las opiniones más diatribas aducen, tras bambalinas, que la UE, ha seguido las posiciones de los Estados Unidos de América. Así, junto al bloqueo norteamericano, estrenó la posición común; con el deshielo de Obama le puso fin a esta postura e inició conversaciones para el ADPC; y finalmente, en estos tiempos de recrudecimiento de la ofensiva norteamericana, se dice que la UE no ha tenido la proactividad suficiente.

Solamente, la activación del Título III de la Ley Helms Burton, la pérdida de negocio que genera para las empresas occidentales merecería de la institución comunitaria decisiones de firmeza superior. El estatuto del bloqueo tiene efectos limitados. España, en tal orden, tiene su propia hoja de ruta, lo que sucede en la isla “no le es indiferente”, tal y como afirmara el monarca español en su reciente visita al archipiélago. Se espera entonces, por el empresariado, este diciembre, con la investidura de Josep Borrell, como Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea: proactividad y mano dura. Mecanismos nítidos de financiación y protección al comercio, las inversiones y la pequeña empresa, son necesarios para materializar el ADPC con Cuba. El orden mundial y el respeto al derecho internacional también exigen posturas del bloque comunitario más categóricas, contra decisiones unilaterales y extraterritoriales norteamericanas.

Permanecer indiferente, puede denotar incoherencia.

Leyanis Zorrilla Romero es Abogada y Consultora de Negocio Internacional y Estrategia Empresarial

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