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Distribución

Lidl vuelve a batir sus récords en España con un beneficio de 171 millones, un 14% más

Se consolida como el segundo grupo de súper más rentable por detrás de Mercadona

Un supermercado de Lidl en Madrid.
Un supermercado de Lidl en Madrid.GETTY
Javier García Ropero

Lidl continúa alcanzando nuevas cotas de rentabilidad en España 25 años después de abrir su primera tienda. La filial española de la compañía de supermercados batió en 2018, por quinto ejercicio consecutivo, su récord de beneficios con unas ganancias netas de 171 millones de euros, un incremento del 14% respecto a las cifras del año anterior, como consta en sus cuentas depositadas en el Registro Mercantil, algo que esta vez ha hecho con mayor anticipación de lo que era costumbre en la compañía de origen alemán.

El último ejercicio en el que Lidl redujo su rentabilidad fue en 2013, cuando esta bajó a 27,1 millones. Cinco después, esa cifra se ha multiplicado por más de seis. Una situación que le consolida como la segunda cadena de supermercados más rentable de las que operan en España, solo superada por Mercadona. Los súper de Carrefour, agrupados en la sociedad Supermercados Champion, ganaron en torno a 12 millones; Dia perdió 352 millones en 2018 352, mientras que Sabeco, los súper de Auchan, se dejó 32. Si se tiene en cuenta también el formato hipermercado, Carrefour sí se anotó un beneficio mayor, de 613 millones, pero el 75% del resultado tuvo su origen en el cobro de dividendos a cuatro de sus filiales. De hecho, su resultado de explotación fue negativo. El de Lidl fue de 227 millones, un 8% más que en 2017.

Las ventas netas de la compañía alcanzaron los 4.009 millones, superando por primera vez la barrera de los 4.000, lo que supuso también un crecimiento del 11,5%. Este nivel le pone a tiro de piedra de Dia, que en 2018 facturó 4.280 millones en España. Lidl cerró 2018 con 575 tiendas abiertas, 22 más, y una plantilla de 14.000 personas.

En su informe no financiero, la compañía detalla la receta de su modelo de negocio, basado en el equilibrio entre precio y calidad: “El mejor precio se obtiene mediante procesos optimizados sin duplicidades y con una gestión simplificada. Las compras agregadas y centralizadas, y el surtido de marcas propias, garantizan la mayor calidad al mejor precio”, añadiendo después que, “en definitiva, Lidl actúa sobre todo aquello que no aporta valor añadido, eliminando costes innecesarios”. La empresa detalla que el 90% de su surtido es de marca propia, y que incrementó en un 10% el número de compras de producto español, hasta 4.300 millones, exportando el 55%.

También aumentó la inversión en su crecimiento de tiendas en España. Destinó 321 millones, cinco más. Sin embargo, cambió el modo de financiarla. Hasta ahora, Lidl acometía en su expansión combinando deuda bancaria con créditos participativos aportados por su matriz. En 2018 vencieron tres de este último tipo por un importe total de 180 millones, que no ha renovado. En cambio, en sus cuentas sí figura un nuevo crédito sindicado por ese mismo importe, con vencimiento en 2023 y compuesto por dos tramos, en el que participan “diversas entidades financieras españolas”. El tramo mayoritario, de 140 millones, tiene un interés vinculado a un swap.

Litigio con Hacienda

Durante 2018, la Audiencia Nacional cuestionó que Lidl financiara su expansión en España a través de créditos participativos. En una sentencia fechada en junio de 2018, discutía que una empresa que ya poseía el 100% de Lidl eligiera esta forma de préstamo, que le permitía obtener un interés más alto si los beneficios también lo eran. “Fue la alemana ERF Beteiligungs [la matriz] la que generó la necesidad de que la española Lidl precisara disponer de 200 millones de euros”, señala la sentencia, añadiendo que “la entidad alemana tenía una filial de la que poseía el 100%, por lo que ya participaba en sus beneficios y en sus pérdidas al 100%”. El origen del caso estaba en un acta que la Agencia tributaria levantó en 2014 respecto al pago de Sociedades de 2008, 2009 y 2010, y que la empresa firmó en disconformidad. Entonces, Lidl se dedujo fiscalmente parte de los costes financieros de esos préstamos participaitvos. La Audiencia Nacional le da la razón a Hacienda en el cobro del acta.

En sus cuentas de 2018, Lidl detalla que no ha recurrido. A cierre del ejercicio tenía abierto a inspección el pago de Sociedades entre 2012 y 2016, y se ha anotado 14 millones en reservas de capitalización por la “reducción aplicada en la base imponible de Sociedades de los ejercicios 2015, 2016 y 2017”.

Una brecha salarial del 1%

Lidl detalla su estructura salarial en su informe no financiero. La empresa indica que, a 28 de febrero de 2019, fecha de cierre del ejercicio trabajaban en ella 14.309 personas, un 6% más. De ellas el 70% eran mujeres. Estas sufrían un brecha salarial del 1,12% en los puestos de dirección y gerencia; del 1,05% en responsables de departamento, y del 0,99% en el personal base, en el que trabajan el 74% de la plantilla, con un sueldo medio de 16.445 euros.

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Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

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