El Tesoro despide 2019 con una subasta a medio y largo plazo a tipos más altos
Coloca 3.448,45 millones en bonos y obligaciones a cinco, 10 y 30 años
Penúltima subasta del Tesoro en el año, pero última de deuda a medio y largo plazo. España ha captado hoy 3.448,45 millones en bonos y obligaciones a cinco, 10 y 30 años. La demanda ha superado los 5.000 millones, una muestra del apetito que despierta y ha despertado a lo largo del año la deuda española. Los inversores han seguido apostando por el papel español, pese a las incertidumbres políticas. El Tesoro ha continuado financiándose a precios muy atractivo pese a la ausencia de Gobierno. De hecho, esto no ha impedido que España continuará profundizando en las rentabilidades negativas, llevando incluso a cobrar por los bonos a siete años, algo que sucedió por primera vez en la emisión de comienzos de julio. Esto ha permitido rebajar el coste de financiación de las nuevas emisiones desde el 0,65% que marcó a cierre de 2018 al 0,255% actual, según datos de Tesoro a cierre de noviembre.
En la emisión de este jueves, se han captado 1.622 millones en bonos a cinco año a tipo de interés marginal del -0,064%, por encima del -0,101% de la subasta anterior. En obligaciones a diez años el Tesoro ha vendido 1.316,41 millones al 0,449%, frente al 0,414% del mes pasado. En el mercado secundario la referencia a diez años cotiza con una rentabilidad del 0,46%. La lista la completan los bonos a 30 años para los que se han adjudicado 510 millones con un tipo de interés del 1,332%, superior al 1,018% de la subasta del pasado 3 de octubre.
El próximo martes 10 de noviembre, el Tesoro volverá a pedir dinero, pero esta vez será para vender letras. La cita prevista para el 12 de diciembre destinada a vender bonos y obligaciones finalmente no ha sido convocado, algo que suele ser habitual y que ya sucedió en agosto. A comienzos de año el Tesoro establece un calendario pero decide su convocatoria o no en función de las necesidades.
A lo largo del año, el organismo ha revisado su objetivo de emisión y esto se ha traducido en un recorte de las necesidades de financiación en 15.000 millones. La emisión neta para el conjunto del ejercicio se sitúa en 20.000 millones frente a los 35.000 millones previstos a principios de año. Se trata del importe más bajo desde 2007. Por su parte, la emisión bruta también ha disminuido, situándose por primera vez desde 2011 por debajo de 200.000 millones de euros. La cifra final asciende a 194.525 millones de euros, un 8,7% menos que la de 2018.